El normalismo, corriente pedagógica que dominó la formación docente en argentina, se extendió a través de la creación e instalación de las Escuelas Normales, principalmente entre mediados del siglo XIX y la década de 1970, cuando la formación docente dejó de ser una modalidad del nivel medio y pasó al nivel superior no universitario.

La primera Escuela Normal en Argentina fue la de Paraná, fundada en 1870 por Domingo Faustino Sarmiento, institución que sirvió de modelo para las futuras escuelas normales.

La docencia se institucionalizó y oficializó como profesión a partir de las Escuelas Normales, cuyo objetivo era formar a los futuros maestros que más tarde ejercerían la función de enseñar a las nuevas generaciones. Esto también respondía a la necesidad de contar con recursos capacitados para esas tareas. Por lo tanto, el Estado se hizo cargo de la formación y de emplear a los nuevos actores sociales que eran los maestros. Asimismo, la nueva profesión aparecía como un camino de ascenso social y económico para las clase media- bajas que veían allí la posibilidad de un trabajo remunerado con expectativas de ascenso.

Reformas en los planes de estudios

En el año 1886, se aprobó un nuevo plan de estudios por el cual se reorganizaron las escuelas normales, de manera que quedaron divididas en dos categorías. Por un lado, las Escuelas Normales Elementales, de cuatro años de duración y destinadas a la formación de maestros y maestras para la escuela primaria. Por otro, las Escuelas Normales Superiores, cuyo objetivo era la formación de profesores y profesoras en cinco años para la inspección y dirección de las escuelas de educación común y para el magisterio de las escuelas normales.

En 1911, las escuelas normales fueron puestas bajo jurisdicción del Consejo Nacional de Educación pero, cinco años después, volvieron a la órbita del ministerio de justicia e Instrucción Pública.

Más tarde, en 1941, se volvió a modificar el plan de estudios de las escuelas normales. Se estableció un ciclo básico común al bachillerato y al magisterio de tres años de duración y otro de formación profesional de dos años. En 1948 se elevó a tres años la duración del ciclo superior de magisterio pero, hacia 1951, se redujo a dos años nuevamente. Esta estructura se mantuvo hasta 1968, año en que la formación de maestros pasó a estar en el nivel terciario del sistema educativo.

También te puede interesar: El normalismo, la corriente pedagógica surgida a partir del magisterio