Para definir cual es la ciudad más fría de Argentina se pueden tener en cuenta distintos parámetros como la temperatura promedio anual o las temperaturas extremas registradas. Dependiendo de esos factores, el ranking que puede establecerse es distinto.
Río Gallegos: ¿la ciudad más fría del país?
Teniendo en cuenta la temperatura media anual, la ciudad más fría del país es Río Gallegos, la capital de la provincia de Santa Cruz, ubicada al sur del territorio argentino. La temperatura media es de 5 grados Celsius (ºC), aunque durante el invierno puede alcanzar mínimas de hasta -20 ºC.
Si se tienen en cuenta las temperaturas extremas más bajas que se alcanzan en Argentina, Ushuaia, la capital de Tierra del Fuego, es la que encabeza el podio. Sin embargo, hay otras localidades que han roto récords de temperaturas mínimas.
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La temperatura mínima absoluta sin tener en cuenta la altitud se registró el 17 de julio de 1972, en la estación meteorológica del Valle de los Patos Superior, en la provincia de San Juan, a 2880 metros sobre el nivel del mar. La temperatura registrada fue de -39 °C. Esta es también la temperatura oficial más baja alguna vez registrada en América Latina.
Características climáticas de Argentina
El territorio argentino se encuentra casi en su totalidad en la zona templada del hemisferio sur. Tiene una gran diversidad climática debido a diversos factores:
- Su extensión,
- La diversidad de relieves,
- Su cercanía al mar.
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El clima de Argentina está principalmente influenciado por dos masas de aire marítimas: la tropical del océano Atlántico Sur, que genera las lluvias en la llanura Chaco-Pampeana, y la polar marítima del Pacífico Sur, que causa las precipitaciones en la zona montañosa del suroeste del territorio.
En consecuencia, el país no experimenta grandes amplitudes térmicas anuales porque no existen zonas con grandes distancias al océano. A lo largo y ancho de todo el continente se pueden encontrar climas cálidos, templados, áridos y fríos.
El país sudamericano no es ajeno al cambio climático. Se registran aumentos de temperatura, olas de calor más intensas y frecuentes, cambios en las precipitaciones y una disminución del tamaño de los glaciares.
