La Cordillera de los Andes es la más larga del mundo, con más de 7.000 kilómetros de extensión. Además, debido a su posición en el mapa, atraviesa siete países:
- Venezuela.
- Colombia.
- Ecuador.
- Perú.
- Bolivia.
- Chile.
- Argentina.
En su interior esconde montañas imponentes, como el Aconcagua (Argentina), que con sus 6.960 metros sobre el nivel del mar es el pico más alto de América y el segundo más alto del planeta fuera del Himalaya.
Además, su origen se remonta a hace más de 60 millones de años, cuando las placas tectónicas de Nazca y Sudamérica comenzaron a chocar. Ese movimiento aún continúa y hace que la cordillera siga creciendo poco a poco.
La presencia de los Andes no solo define el paisaje: también influye en el clima. Por ejemplo, actúa como una barrera que impide el paso de humedad, razón por la cual se formó el Desierto de Atacama, uno de los más secos del planeta.
La Cordillera de los Andes y sus contrastes

Uno de los aspectos más sorprendentes de los Andes es la variedad de climas que se pueden encontrar a lo largo de su recorrido. Desde el calor tropical en el norte hasta los fríos extremos de la Patagonia, pasando por zonas templadas y áridas, la cordillera ofrece un mosaico de paisajes.
En sus tierras también hay volcanes activos, como el Ojos del Salado (entre Argentina y Chile), que es el volcán más alto del mundo. Además, la región está llena de áreas protegidas y patrimonios de la humanidad, como Machu Picchu, el Camino del Inca y el Parque Nacional Los Glaciares.
Vida silvestre y culturas milenarias en su interior

La Cordillera de los Andes es hogar de especies únicas, muchas de ellas adaptadas a vivir en alturas extremas. Algunos ejemplos son:
- El cóndor andino, el ave voladora más grande del continente.
- La vicuña y el guanaco, parientes de la llama que habitan en zonas elevadas.
- El oso de anteojos, un animal en peligro de extinción que vive en la selva andina.
- Plantas medicinales, como la maca o la muña, que forman parte de la sabiduría ancestral.
Pero además de su riqueza natural, esta cordillera fue (y sigue siendo) un escenario cultural muy importante. Civilizaciones como la incaica construyeron caminos, ciudades y templos que hoy son objeto de estudio y admiración. Aún en la actualidad, muchas comunidades originarias celebran rituales en honor a las montañas, consideradas sagradas.
Hoy, la Cordillera de los Andes sigue siendo un símbolo de conexión, biodiversidad y resistencia cultural. Su impacto en la historia y en el presente del continente es tan extenso como su geografía.