Los Montes Tauro se encuentran en el sur de Turquía, extendiéndose a lo largo de más de 1.500 kilómetros y atravesando varias provincias, como Antalya, Mersin y Adana. Esta cordillera marca la frontera natural entre la meseta de Anatolia y la costa mediterránea, ofreciendo vistas espectaculares y una gran diversidad de ecosistemas.
Su origen se remonta a hace unos 65 millones de años, cuando el choque entre las placas tectónicas africana y euroasiática dio lugar a un levantamiento masivo de rocas, formando un relieve abrupto y majestuoso.
Características y picos más altos de los Montes Tauro
La cadena montañosa se divide en tres grandes secciones: los Montes Tauro Occidentales, Centrales y Orientales. Entre sus picos más altos destacan:
- Demirkazık Tepesi – 3.756 metros sobre el nivel del mar.
- Kızılkaya – 3.725 metros sobre el nivel del mar.
- Medetsiz – 3.524 metros sobre el nivel del mar.
El clima varía según la altitud: en las zonas bajas predominan veranos cálidos y secos, mientras que las cumbres permanecen cubiertas de nieve gran parte del año. Esto favorece la presencia de bosques de pinos, cedros y praderas alpinas que sirven de refugio a especies como cabras montesas y lobos.
Turismo y rutas para visitar los Montes Tauro
Los Montes Tauro son un destino atractivo para quienes disfrutan del senderismo, la escalada y la exploración de paisajes vírgenes. Algunas rutas populares incluyen:
- Valle de Çukurbağ – ideal para escaladores y montañistas experimentados.
- Cañón de Göksu – famoso por su belleza y su biodiversidad.
- Región de Aladağlar – conocida como “los Alpes turcos” por sus paisajes alpinos.
Además, en invierno algunas zonas se transforman en centros de esquí, mientras que en verano los pueblos de montaña ofrecen experiencias culturales únicas, con mercados, gastronomía local y festivales tradicionales.
Mirá También
¿Turquía está en Europa o en Asia?
Un tesoro natural de Turquía
Con su combinación de geología milenaria, paisajes imponentes y rica biodiversidad, los Montes Tauro representan uno de los grandes tesoros naturales de Turquía. Su majestuosidad no solo atrae a aventureros, sino también a científicos que estudian la historia geológica del Mediterráneo oriental.
