En Argentina, 13 glaciares se originan en la región patagónica y desembocan en los lagos Argentino y Viedma:
- Marconi.
- Viedma.
- Moyano.
- Upsala.
- Agassiz.
- Bolado.
- Onelli.
- Peineta.
- Spegazzini.
- Mayo.
- Ameghino.
- Moreno.
- Frías.
Los glaciares más grandes del país son el Upsala, con 870 km² de superficie, y Viedma, con 575 km². El Perito Moreno queda en tercer lugar, con sus 250 km² de extensión total. Todos ellos están protegidos por el Parque Nacional Los Glaciares; sin embargo, vienen experimentando un fuerte retroceso en las últimas décadas.
¿Cuántos km² de glaciares se perdieron en el último tiempo?
Los expertos aseguran que los glaciares de los Andes tropicales perdieron al menos un 30% de su superficie total desde la década de 1980.
Además, presentan una tendencia negativa en cuanto a su balance de masas: su valor es de −0.97 metros de agua al año durante el período de monitoreo (1990-2020). Veamos qué significa.
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El "balance de masas" de un glaciar se refiere a la diferencia entre la cantidad de nieve y hielo que gana a través de la acumulación y la que pierde por derretimiento y deslizamiento. Un balance negativo, como el de -0.97, significa que el glaciar está perdiendo más masa de la que gana. En este caso, se pierde el equivalente a 0,97 metros de agua cada año, lo que indica que el glaciar está disminuyendo.
Este no es un fenómeno exclusivo al territorio argentino. Varios glaciares de Perú, por ejemplo, han perdido más del 50% de su superficie. Más al sur, en los Andes de Chile, los glaciares también retroceden.
Las consecuencias del fenómeno
La pérdida de masa de hielo de los glaciares y el respectivo retroceso de estos cuerpos de la naturaleza agravaron el riesgo de escasez de agua para la población y los ecosistemas andinos.
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Celeste Saulo, directora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y vicepresidenta de la WMO, indicó que el fenómeno implica una pérdida severa en las reservas de agua dulce.
"Así comienza la cadena clara de impactos que hay entre el cambio climático y cómo esto afecta la vida y las actividades productivas de nuestra sociedad –explicó Saulo–. Una sociedad que empieza a tener problemas para la gestión del agua es una sociedad que tiene problemas para subsistir”.