Las jirafas son inconfundibles. Con sus patas larguísimas y un cuello que puede medir hasta 2,4 metros, destacan a simple vista en la sabana africana. Desde hace décadas, la ciencia intenta explicar cómo y por qué llegaron a desarrollar esta característica tan extrema.
Durante mucho tiempo, la respuesta pareció obvia: el cuello largo les permitiría alcanzar las hojas más altas de los árboles y así conseguir alimento cuando otros animales no pueden. Sin embargo, los estudios científicos más recientes muestran que la historia evolutiva de este animal es más compleja.
Hoy, los especialistas coinciden en que el cuello de las jirafas es el resultado de varios procesos evolutivos que actuaron a lo largo de millones de años, y no de una única ventaja adaptativa.
Las jirafas y la explicación clásica de la evolución
Charles Darwin fue uno de los primeros en proponer que el cuello largo de las jirafas se había desarrollado por selección natural. Según esta idea, los individuos con cuellos ligeramente más largos podían alimentarse mejor, sobrevivían más y dejaban más descendencia.
Antes que él, el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck había sugerido que el cuello se estiró por el uso constante al buscar hojas altas. Aunque su teoría fue descartada más tarde, abrió el debate científico sobre este rasgo tan llamativo.
Con el tiempo, otros investigadores sumaron nuevas hipótesis, entre ellas la selección sexual: los machos con cuellos más largos y robustos tendrían ventaja en los enfrentamientos por las hembras.
Nuevas teorías sobre el cuello largo de estos mamíferos
En 2022, un estudio publicado en la revista Science describió el fósil de un antiguo pariente de las jirafas, llamado Discokeryx xiezhi, hallado en el norte de China. Este animal, que vivió hace unos 17 millones de años, presentaba una cabeza y un cuello adaptados a fuertes golpes.
Según los científicos, este comportamiento de "cabezazos" pudo haber influido en la evolución del cuello largo dentro del grupo de los jiráfidos. A esto se suman investigaciones recientes que analizan el papel de la termorregulación. Entre las hipótesis actuales que explican el cuello de las jirafas se destacan:
- La posibilidad de alcanzar alimento en zonas altas.
- La ventaja en combates entre machos durante la reproducción.
- La adaptación al calor, al orientar el cuello hacia el Sol para reducir la superficie expuesta.
Un estudio citado por National Geographic señala que, contra lo que se creía, las jirafas no tienen mayor superficie corporal que otros grandes mamíferos. Esto refuerza la idea de que su cuello largo cumple múltiples funciones y no responde a una sola causa evolutiva.
Fuente: National Geographic España.
