El volcán Etna se encuentra en la isla de Sicilia, al sur de Italia, y es uno de los volcanes más activos del planeta. Con sus 3.324 metros de altura, se destaca no solo por su imponente presencia en el paisaje, sino también por su historia de erupciones que se remonta a más de 500.000 años. Desde 2013, forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO, debido a su valor geológico, natural y cultural.
El Etna se sitúa sobre la convergencia entre las placas tectónicas africana y euroasiática. Esta ubicación lo convierte en un volcán de tipo estratovolcán, con una gran capacidad eruptiva y una constante actividad sísmica.
¿Cuántas erupciones tuvo y qué lo hace tan peligroso?

A lo largo de la historia, el Etna ha sido protagonista de miles de erupciones, muchas de ellas documentadas desde la antigüedad. Solo en los últimos 50 años se registraron más de 100 eventos eruptivos, siendo uno de los volcanes más monitoreados de Europa.
Su actividad es frecuente y varía entre explosiones de cenizas, flujos de lava y emisión de gases tóxicos. Recientemente, el Etna volvió a hacer noticia al generar una nueva erupción, con lava que descendió por sus laderas y una enorme columna de humo visible desde kilómetros de distancia.
Lo que lo convierte en un volcán peligroso no es solo su capacidad de destruir cultivos, caminos o infraestructuras cercanas, sino también el riesgo que implica para las ciudades próximas, como Catania, que se ubica a menos de 30 kilómetros del cráter principal.
Tres datos clave sobre el volcán Etna

- Ubicación: Sicilia, Italia.
- Altura actual: Aproximadamente 3.324 metros sobre el nivel del mar (sujeta a cambios por actividad volcánica).
- Actividad reciente: Erupción en junio de 2025 con emisión de lava y cenizas.