El 3 de julio de 1927, curiosamente en un desconocido pueblo para la mayor parte del continente, se dio lugar a uno de los grandes hitos en la lucha por la igualdad: tuvo lugar, por primera vez, el voto femenino en Latinoamérica.
La curiosa historia del voto femenino en América Latina
El 3 de julio de 1927, en el pueblo uruguayo de Cerro Chato se llevó a cabo un plebiscito. Se buscaba que, a través del voto popular, los habitantes de esta localidad decidieran si querían ser anexados al departamento de Durazno.
La localidad de Cerro Chato pertenecía (y actualmente también) a tres departamentos: Durazno, Florida y Treinta Tres. Concretamente, se proponía que el territorio que correspondía a Florida y Treinta y Tres pasara a la jurisdicción de Durazno, con lo que todo el pueblo pertenecería al mismo departamento.
La discusión fue intensa. El organismo electoral del país emitió un decreto para autorizar esa consulta en la que podían intervenir, previa inscripción, "las personas sin distinción de nacionalidad y sexo". En otras palabras: podían participar hombres y mujeres.
Finalmente, el 3 de julio de 1927 tuvo lugar la consulta, en la que participaron 357 personas. Todas, menos tres, votaron a favor de la integración del pueblo a Durazno. Sin embargo, el resultado no se tuvo en cuenta. Hoy Cerro Chato sigue dividida en tres.
Sin embargo, la consulta pasó a la historia porque fue la primera vez en que las mujeres ejercieron su derecho al voto en la región, en un país donde la causa del sufragio femenino estuvo marcada por la figura extraordinaria de Paulina Luisi.
Otro aspecto curioso de la historia, fue la figura de la primera mujer en participar en esos comicios, quien no era uruguaya. Se trató de la brasileña Rita Ribeira, una mujer negra de 90 años. Ribeira pudo participar ya que la Corte Electoral de Uruguay había establecido que podría votar cualquier persona, nacional o extranjero, que viviera en los pueblos afectados por la decisión.
Museo "Casa de la mujer"
En la casona donde las mujeres votaron por primera vez está ubicada en Julio Alberto Goday y Luis Suberó, del pueblo de 3.200 habitantes.
La construcción fue un banco, una casa de familia y perteneció al poder judicial. Finalmente, fue adquirido por el gobierno departamental de Durazno en el 2016 tras haber obtenido el premio “Pueblo Turístico” con el proyecto “Viví el Uruguay profundo, donde las mujeres acuñaron la historia”. A partir de este, se consiguió el apoyo financiero además de aportes gubernamentales en apoyo a iniciativas vinculadas a temas de género. Ese mismo año comenzaron las reformas que lo convirtieron en el museo que es hoy en día, y que terminó inaugurándose en 2019.
El edificio se declaró de interés patrimonial por la Intendencia Departamental de Durazno. Hoy en día es un museo interactivo abierto al público: presenta exposiciones de fotos y documentos de la época y del sufragio, también cuenta con una un recorrido virtual de la época en que se efectuó el voto femenino, se pueden adquirir souvenirs referidos a la temática y al pueblo, se realizan distintas muestras de libros, charlas y funciona una cafetería en su interior.