Después de las grandes máquinas de la imprenta tradicional y con la llegada de las computadoras, el proceso de impresión se volvió mucho más fácil y rápido. En esta nota, Billiken te cuenta cómo es.
Hoy en día, desde una casa y con el mínimo esfuerzo se pueden imprimir muchas cosas. Estamos hablando de las modernas impresoras que se utilizan con las computadoras. Las primeras fueron de matriz de puntos, y eran bastante lentas y limitadas. Luego vinieron las de chorro de tinta (las que funcionan con los cartuchos) y las de láser, que son las mejores y se abastecen con tóneres. Todas están programadas para trabajar con diferentes tamaños de papel.
Otro método de impresión es el offset. Acá el papel no toma contacto con la plancha. La tinta va de la plancha a un cilindro, y de ahí al papel.
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Las imprentas más modernas no tienen límite para sus producciones. Una firma japonesa editó el libro más pequeño jamás impreso: mide solo 0,77 milímetros y es posible leerlo –con dificultad– gracias a una lupa que se entrega
con la compra del ejemplar. Esto se ha podido hacer gracias a unas planchas especiales a las que se adhirieron micropelículas de finísima nitidez. El proceso de encuadernación sí necesitó de la mano del hombre, dado lo delicado del producto.
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