El sistema muscular es un conjunto de tejidos que actúan de manera coordinada y están unidos a los huesos por medio de los tendones. Su función principal es conseguir la movilidad, acción que tiene lugar cuando los estímulos eléctricos procedentes del sistema nervioso provocan la contracción de las fibras musculares. La suma del sistema muscular y el óseo, conformado por los huesos, da lugar al aparato locomotor.
El cuerpo humano tiene más de 650 músculos, que constituyen la mitad del peso corporal de una persona, y 200 son los que se utilizan al mismo tiempo al momento de caminar. Se pueden dividir en tres tipos: los músculos esqueléticos (están unidos a huesos, principalmente en piernas, brazos, abdomen, pecho, cuello y cara), los músculos lisos (por ejemplo, las paredes del estómago y de los intestinos) y el músculo cardíaco, que se encuentra en el corazón. Los músculos que se contraen de forma automática (como el cardíaco o los lisos) no se consideran habitualmente como parte del sistema muscular.
¿Quién controla los músculos?
Cada vez que una persona se mueve, no piensa con qué músculo hacerlo. Es el cerebelo el órgano que coordina los movimientos musculares ordenados por el cerebro. Los sensores de los músculos envían mensajes a través de los nervios, para indicar al cerebelo dónde y cómo se está moviendo el brazo o la pierna y en qué posición se encuentran.
¿Cómo actúan los músculos?
Existen cuatro cualidades básicas de los músculos. Una de ellas es que se excitan, lo que les permite responder a los estímulos o cambios que se producen en el ambiente. Otra es que se contraen, lo que permite generar fuerza al hacer más gruesa la fibra. También pueden extenderse: se ponen rígidos mientras otros músculos se relajan. Además, los músculos pueden ser elásticos, lo que significa que tienen la capacidad de estirarse para volver luego a la posición original.
El calentamiento es fundamental antes de poner en acción los músculos
Cuando se está a punto de iniciar una actividad deportiva es conveniente hacer primero movimientos suaves para evitar lesiones en los músculos. El calentamiento eleva la temperatura corporal, aumenta el riego sanguíneo y la irrigación de los músculos, lo que proporciona un mayor grado de oxígeno. Además, hace que incremente la actividad pulmonar, mejora la utilización del oxígeno y acelera la contracción muscular.
El acto de caminar hace que muchos músculos entren en acción
Todas las actividades deportivas requieren de grandes grupos musculares. En el acto de correr o de andar en bicicleta, por ejemplo, entran en acción unos 200 músculos, empezando por el cuádriceps femoral, que está en el muslo. Este músculo es el más potente y voluminoso de todo el cuerpo. También actúan los músculos de las piernas, como los tibiales, los gemelos y el sóleo, entre otros. Pero no solamente las extremidades inferiores se exigen durante una caminata o una carrera, sino también los músculos del torso o erectores, llamados así porque tienen la tarea de mantener el cuerpo erguido durante la carrera. Ellos son los lumbares (que están en la parte baja de la espalda), dorsales (que se encuentran en la parte media de la espalda), el trapecio (ubicado cerca del cuello) y el romboide (que se encuentra debajo del trapecio). Todos juntos forman el “tren superior”.
La natación hacer ejercitar todo el cuerpo
Este deporte es muy completo porque exige a los músculos de las piernas, los brazos, el torso y las caderas. La constante resistencia del agua los obliga a contraerse y estirarse simultáneamente, lo que crea fibras musculares flexibles y elásticas.
Subir una montaña requiere hacer un estiramiento previo
Al subir una montaña, los tendones se estiran muchísimo y los músculos sufren, por eso hay que hacer ejercicios de estiramiento previos durante unos veinte minutos. El montañismo es un deporte extremo, de gran exigencia física.
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