El folclore y el tango son los ritmos tradicionales de Argentina. Todos ellos generan un sentido de pertenencia y una identidad como país.
En esa construcción se combinan los aportes de todos aquellos que integran una Nación. En el caso de Argentina hay una enorme impronta tanto de las culturas originarias como de los inmigrantes que arribaron a suelo nacional desde distintas partes del mundo.
La música y la danza en Argentina
Gracias a la gran extensión del territorio y a las distintas influencias en cada una de las regiones, la tradición musical argentina es muy rica y variada, tanto en ritmos como en danzas. Las raíces de los sonidos nacionales se encuentran en la música de los pueblos originarios. Estas se combinaron con la música española primero, y con la de las migraciones europeas e internas, más adelante. La mazurca (originalmente, un baile popular polaco) y el chamamé (mezcla de polka europea y danzas de los guaraníes) son ejemplos de esta última influencia.
Otros géneros característicos de música y danza son la chacarera, el gato, el escondido, la baguala, el malambo, la cueca, el tango, la zamba, la milonga, la vidala, el cuarteto, el cuando y el pericón.
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¿Y el tango?
El tango es a la vez un género musical y un baile de raíz urbana, que surgió en Buenos Aires o en Montevideo, algo que sigue siendo motivo de debate. Enrique Santos Discépolo lo graficó como “un pensamiento triste que se baila”.
Lo suele interpretar una orquesta típica, con el bandoneón como instrumento principal. Se ha convertido en un fenómeno a escala mundial y es apreciado e interpretado por músicos y público de numerosos países.
En 2009 fue declarado “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. La palabra “tango” proviene del vocablo “tamgú”, que en el idioma africano ibibio (hablado en Nigeria y el Congo) significa “tambor” o “bailar al son del tambor”.