El suelo está formado por diferentes capas, cada una arriba de otra.
La de abajo de todo es la capa rocosa que, como su nombre lo indica, está formada por piedras y rocas, todas muy grandes.
La capa rocosa con el paso de larguísimos años, se va desgastando. Este desgaste de las rocas forma las otras capas que constituye el suelo.
Por encima de la capa rocosa está el subsuelo, que es la que permite que el agua circule bajo tierra.
Un poco más arriba se encuentra la capa inerte, una zona con muy pocas sales minerales, es decir que no le sirve mucho a las plantas.
Arriba se encuentra el humus, una suerte de restaurante de los vegetales; allá hay gran cantidad de sales minerales que, junto con el agua, son los que las plantas necesitan para vivir.
Por encima de todo, es decir, por donde caminamos nosotros cuando estamos en el campo o el bosque, se halla el mantillo vegetal, que tiene todos los restos vegetales que, al descomponerse, se transformarán en humus.
Tipos de suelo
En el mundo hay muchos tipos de suelos, dependiendo de la zona y del clima. Hay suelos humíferos, que es lo que llamamos tierra negra, ideales para cultivar. Suelos arenosos, donde el agua no se absorbe y las plantas tienen que buscar formas distintas de sobrevivir, y suelos arcillosos que, por lo contrario, a veces sufren inundaciones y son muy difíciles de sembrar.