La historia de Emily, Anne y Charlotte Brontë es una de las más fascinantes de la literatura universal. Nacidas en el siglo XIX en Thornton, Yorkshire (Inglaterra), estas tres hermanas dejaron un legado inmenso a través de novelas que todavía hoy se leen en todo el mundo.
Criadas en un entorno marcado por la muerte temprana de su madre y el aislamiento de la vida en la rectoría de Haworth, encontraron en la escritura una forma de expresarse y crear universos únicos. Lo curioso es que, para poder publicar, eligieron firmar sus obras con seudónimos masculinos: Currer, Ellis y Acton Bell.
Emily, Anne y Charlotte Brontë: sus obras más recordadas
Cada hermana brilló con una obra particular que definió su estilo:
- Emily Brontë (1818-1848): escribió Cumbres borrascosas, su única novela, considerada una de las más intensas de la literatura inglesa.
- Charlotte Brontë (1816-1855): alcanzó fama con Jane Eyre, publicada en 1847, que retrata la fortaleza de una mujer frente a las adversidades.
- Anne Brontë (1820-1849): se destacó con La inquilina de Wildfell Hall, un texto innovador por su mirada crítica sobre el matrimonio y la sociedad victoriana.
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Aunque sus vidas fueron breves —ninguna superó los 40 años—, lograron instalarse como figuras centrales en la narrativa del siglo XIX.
Los seudónimos y la lucha por ser leídas
En una época en la que la literatura estaba dominada por los hombres, las hermanas Brontë publicaron sus primeras obras en 1846 bajo identidades falsas: Charlotte fue Currer Bell, Emily eligió Ellis Bell y Anne se convirtió en Acton Bell.

Este recurso no solo les permitió ser tomadas en serio, sino también sortear los prejuicios de la crítica de su tiempo. Recién más tarde se reveló que las novelas habían sido escritas por mujeres, lo que sorprendió al público victoriano.
El legado de Emily, Anne y Charlotte Brontë
Hoy, más de 170 años después de sus muertes, las hermanas Brontë siguen inspirando a lectores, escritores y cineastas. Sus libros fueron traducidos a decenas de idiomas y adaptados al cine y la televisión en múltiples ocasiones.
Su importancia radica en que lograron darle voz a mujeres que buscaban libertad, amor y justicia en un mundo que las limitaba. Así, Emily, Anne y Charlotte Brontë no solo escribieron novelas, sino que crearon un camino para las escritoras que vinieron después.