Nacida en Londres el 30 de agosto de 1797, Mary Wollstonecraft Godwin, conocida como Mary Shelly, fue hija de dos intelectuales que marcaron su formación: la filósofa Mary Wollstonecraft y el escritor William Godwin. Desde muy pequeña estuvo rodeada de libros, debates y viajes, lo que nutrió su imaginación y su temprano interés por la escritura.
Su vida estuvo atravesada por el amor, la pérdida y la rebeldía. A los 16 años inició una relación con el poeta Percy Bysshe Shelley, con quien se fugó a Europa y compartió años de pasión y tragedia.
El nacimiento de Frankenstein
El episodio más recordado en la vida de Mary Shelly ocurrió en 1816, durante un verano en Ginebra junto a Percy, Lord Byron y John Polidori. Allí surgió el famoso desafío literario: cada uno debía escribir una historia de terror. Fue entonces cuando Mary, con apenas 18 años, concibió la idea de un científico que daba vida a una criatura creada a partir de restos humanos.
En 1818 publicó “Frankenstein o el moderno Prometeo”, considerada la primera novela de ciencia ficción. El libro no solo hablaba de experimentos y ciencia, sino también de los dilemas éticos del conocimiento, el abandono y la soledad. Su obra atravesó generaciones, adaptándose al cine, el teatro y la cultura popular.
Tres datos clave de Mary Shelly:
- Nació el 30 de agosto de 1797 en Londres.
- Escribió Frankenstein a los 18 años.
- Murió en 1851, dejando una huella imborrable en la literatura.
Más allá de Frankenstein
Aunque su novela más célebre fue Frankenstein, Mary Shelly escribió otras obras como Valperga (1823), El último hombre (1826) y Falkner (1837). Sus relatos muestran una gran sensibilidad política y social, con preocupaciones sobre el futuro de la humanidad, los avances científicos y el rol de las mujeres en la sociedad.

Tras la muerte prematura de Percy Shelley en 1822, Mary se dedicó a editar y difundir sus poemas, asegurando el legado de su esposo. Al mismo tiempo, consolidó su propio prestigio como escritora.
El legado de Mary Shelly
A más de dos siglos de su nacimiento, Mary Shelly es recordada como una figura clave de la literatura universal. Su capacidad para unir ciencia, filosofía y emociones humanas hizo de su obra un faro que sigue iluminando el género fantástico y la ciencia ficción.
Hoy, Frankenstein continúa siendo leído y reinterpretado en todo el mundo, demostrando que aquella joven de 18 años cambió para siempre la forma de contar historias.
