En 2009, un grupo de decenas de investigadores de todo el planeta se unieron para investigar y dilucidar las características de un eslabón clave la evolución humana. En el proceso se encontraron con Ardi, el esqueleto más antiguo de un homínido hallado hasta ahora.
Su nombre científico es "Ardipithecus ramidus", vivió hace 4,4 millones de años en lo que hoy es Etiopía y, según los científicos, su fósil es lo más cercano que tenemos hasta ahora en lo que refiere a nuestra rama evolutiva.
El lugar en el que fue descubierto no es casual: La Depresión de Afar, en Etiopía, es una de las regiones productoras de fósiles más grandes del mundo.
¿Qué es un homínido?
Un homínido es cualquier miembro de la familia Hominidae, formada por todos los humanos modernos y extintos y los grandes simios ―incluidos gorilas, chimpancés y orangutanes― así como todos sus antepasados inmediatos.
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¿Quién fue Ardi?
Los resultados se presentaron unos 15 años atrás en la revista Science. A lo largo de 17 años de investigaciones los científicos analizaron 110 muestras, pero la pieza principal siempre fue el esqueleto de una hembra del que se conserva la mayor parte del cráneo, los pies, las piernas, las manos y la pelvis.
Su nombre es "Ardi", por Ardipithecus ramidus, según la bautizaron los expertos. Se cree que pesaba unos 50 kilos y medía unos 120 centímetros en vida.
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El último antepasado común compartido por humanos y chimpancés vivió hace al menos seis millones de años. Ardi, por su parte, data de hace cuatro millones de años. Por lo tanto, no es ese el último ancestro compartido. Sin embargo, está más cerca a ese momento crucial que otros fósiles.
Ardi es un millón de años más antigua que Lucy, el famoso esqueleto de hembra de Australopithecus Afarensis que durante mucho tiempo ha sido uno de los restos fósiles de homínidos más antiguos conservados.
¿Qué descubrimientos trajo Ardi?
El descubrimiento del esqueleto de Ardi revolucionó nuestra comprensión de la evolución humana. Estos son algunos de los aportes clave:
- Bipedismo temprano - Aunque Ardi poseía un dedo gordo del pie oponible para trepar árboles, la estructura de sus otros dedos, pelvis y base del cráneo indican que también caminaba erguida. Esto desafió la idea de que el bipedismo evolucionó en las sabanas africanas y sugiere que nuestros ancestros empezaron a caminar en dos patas en un entorno boscoso.
- Un ancestro único - Ardi no se parece a los simios modernos, como los chimpancés, como se creía anteriormente. Esto nos indica que nuestros ancestros no necesariamente se parecían a los simios modernos, desafiando las ideas preconcebidas sobre ellos.
- Redefinición del árbol genealógico - Ardi pertenece a un nuevo género, Ardipithecus, lo que evidencia la diversidad de homínidos que existieron. Su descubrimiento obligó a reconsiderar las relaciones evolutivas entre los primeros homínidos y nuestra propia especie.
- Importancia de la evidencia fósil - El esqueleto de Ardi, al igual que el de Lucy, demuestra la importancia de los fósiles para comprender la evolución humana. Aunque las teorías son importantes, la evidencia física puede refutar las predicciones y revelar información inesperada sobre nuestro pasado.