Aunque se usan de manera indistinta, en realidad hay una diferencia clave.
Al momento de hablar o referirse a dos hermanos que son físicamente iguales, las palabras "mellizos" o "gemelos" se utilizan como sinónimos. Sin embargo, no mucha gente sabe que en realidad los términos refieren a cuestiones distintas.
Aunque decir "gemelos" o "mellizos" no va confundir a nadie, lo cierto es que una dupla de hermanos puede ser una cosa o la otra. La clave está en la gestación de ambos bebés, es decir, en cómo se formen los embriones que luego serán cada uno de los hermanos.
Como sabemos, la fecundación es el proceso de formación fundamental. Este ocurre cuando un espermatozoide se une con un óvulo, dando origen a un cigoto. Cuando el cigoto se desarrolla, da lugar a un embrión que reúne la información genética de ambos progenitores.
En el caso de los mellizos, hablamos de dos óvulos diferentes que se fecundan al mismo tiempo, por dos espermatozoides distintos. Cada uno será un embrión con información genética propia, diferente a la del otro. Esto explica por qué, en muchos casos, los mellizos tienen más diferencias físicas entre sí que los gemelos.
Sin embargo, es justo decir que a los mellizos también se los refiere como gemelos no idénticos o dicigóticos (que significa, precisamente, "dos cigotos").
En cuanto a los gemelos, el proceso es distinto. Inicialmente existe un solo óvulo, fecundado por un solo espermatozoide. Pero luego, en un momento temprano de la formación del embrión, el cigoto se divide en dos dando lugar a dos embriones.
De allí nacerán dos hermanos que, ante un vistazo rápido, parecerán la misma persona. ¿Por qué? Al haber salido del mismo óvulo, comparten la información genética que se "duplica" para dar origen a cada uno. Es como si uno fuera el calco del otro.
A ellos también se hace referencia como gemelos idénticos o monocigóticos, es decir, que salen de un solo cigoto.
Un embarazo múltiple, como su nombre lo adelanta, es aquel en el que se forma más de un feto y, por lo tanto, nace más de un bebé. Se los distingue como:
No todas las mujeres, sin embargo, pueden atravesar un embarazo múltiple. Para hacerlo, hay que reunir una serie de factores, entre los que se cuentan la genética (si en la familia ya existieron embarazos múltiples), la edad al momento de estar embarazada y los partos previos, principalmente.
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