En junio de 2018, Arabia Saudita se convirtió en el último país del mundo en permitir que las mujeres pudieran manejar vehículos. El cambio llegó después de décadas de prohibición y de campañas de activistas que exigieron igualdad de derechos.
Hasta ese momento, Arabia Saudita mantenía una restricción muy cuestionada en todo el planeta. Ninguna mujer podía ponerse al volante de un auto sin infringir la ley, algo que contrastaba con el resto de las naciones donde esa práctica era considerada un derecho básico.
El anuncio del levantamiento de la prohibición fue celebrado como un avance, aunque organizaciones como Amnistía Internacional remarcaron que aún quedaba un largo camino por recorrer en materia de igualdad de género.
Arabia Saudita, el último país del mundo en permitir a las mujeres conducir
La fecha clave fue el 24 de junio de 2018, cuando entró en vigencia la medida que autorizaba por primera vez a las mujeres saudíes a conducir. El fin de la prohibición fue resultado de casi tres décadas de lucha constante por parte de activistas que reclamaban igualdad de derechos.
La decisión se enmarcó dentro de un paquete de reformas sociales impulsadas por el príncipe heredero Mohammed bin Salman. El mismo buscaba mostrar un proceso de modernización en el país.
Sin embargo, Amnistía Internacional advirtió en ese momento que levantar la restricción al manejo era solo un paso, y que debía acompañarse con la eliminación del sistema de tutela masculina, que todavía restringe fuertemente la autonomía de las mujeres en la vida cotidiana.
Los desafíos que enfrentan las mujeres saudíes
Aunque la medida marcó un antes y un después, Arabia Saudita sigue siendo uno de los países donde las mujeres enfrentan más restricciones legales y sociales. Entre ellas, se destacan:
- Necesitan la autorización de un tutor varón para casarse, estudiar o viajar.
- No pueden transmitir la nacionalidad a sus hijos si están casadas con un extranjero.
- Tienen limitado el acceso a determinados trabajos y espacios públicos.
Este sistema de tutela, denunciado por numerosas organizaciones, evidencia que la igualdad de género está lejos de alcanzarse.
