¿Por qué se le dice “rata” a alguien tacaño?

Tacaño, rata
El dicho popular que asocia a las ratas con la tacañería tiene un trasfondo histórico y cultural. Te contamos de dónde surge esta expresión y por qué se instaló en el lenguaje cotidiano.
Saber Más
Saber Más

En el lenguaje cotidiano de muchos países hispanohablantes, llamar “rata” a alguien tacaño es una forma despectiva de señalar a quien se niega a gastar dinero o a compartir. Pero ¿por qué se eligió justamente a este animal para representar la avaricia y la mezquindad?

La respuesta está en la observación de su comportamiento, en los contextos históricos en los que se usó la palabra y en la construcción cultural que las ratas tuvieron a lo largo de los siglos.

La rata y su fama de mezquina

Desde la antigüedad, la rata fue vista como un animal oportunista. Vive escondida, aprovecha los recursos de otros y rara vez comparte lo que encuentra. Esa imagen de acaparadora se trasladó fácilmente al lenguaje popular.

Además, durante la Edad Media, las ratas estuvieron asociadas a la peste y la suciedad, lo que fortaleció su reputación negativa. Así, cuando se quiso buscar un símbolo para referirse a alguien que guarda demasiado, no comparte o “esconde” su riqueza, la comparación con el roedor resultó inmediata.

Rata y tacaño: del refrán al uso cotidiano

La expresión “rata" para hablar de alguien tacaño comenzó a popularizarse en el habla coloquial en el siglo XX, sobre todo en ciudades de España y América Latina. A partir de allí se expandió y hoy forma parte del repertorio de frases que usamos para describir a una persona poco generosa.

Tacaño, rata

En algunos lugares, incluso se acortó el dicho: simplemente decir “¡qué rata!” basta para que todos entiendan que alguien está siendo mezquino con su dinero o con sus bienes.

Algunos rasgos clave de esta expresión son:

  • Origen: asociado al comportamiento de las ratas como animales acaparadores.
  • Sentido: metáfora de la avaricia y la falta de generosidad.
  • Uso: se popularizó en el habla urbana del siglo XX y aún hoy sigue vigente.

Más allá del insulto

Aunque suele usarse en tono de burla, llamar “rata” a una persona también puede reflejar tensiones sociales en torno al dinero y el consumo. El lenguaje popular transforma al animal en un espejo de nuestras actitudes: la generosidad, el egoísmo o la solidaridad.

Lo cierto es que, con el paso del tiempo, esta expresión se consolidó en el idioma y forma parte de esas frases que todos entendemos, incluso sin detenernos a pensar en su origen. La próxima vez que alguien diga “qué rata”, sabrás que detrás de esa palabra hay siglos de historia cultural y popular.

Más Billiken

    Vínculo copiado al portapapeles.

    3/9

    Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

    Ant Sig