El filósofo austríaco-británico Karl Popper propuso, en 1945, un concepto que aún genera debates en el ámbito de la ética, la política y la convivencia social: la paradoja de la tolerancia. La formuló en su obra La sociedad abierta y sus enemigos, publicada al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en un contexto atravesado por el ascenso de regímenes autoritarios.
Popper escribió: "La tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia". Es decir, si una sociedad permite que los intolerantes actúen sin restricciones, estos podrían acabar con los valores democráticos y las libertades que les permitieron expresarse en primer lugar.
Esta paradoja propone un límite claro: para proteger una sociedad libre, es necesario no tolerar la intolerancia. No se trata de censura sin fundamentos, sino de evitar que discursos o prácticas que atentan contra la diversidad y los derechos humanos ganen espacio e impongan su ideología a la fuerza.
Tres datos clave sobre la paradoja de la tolerancia:
- Autor: Karl Popper, filósofo nacido en 1902.
- Obra en la que aparece: La sociedad abierta y sus enemigos (1945).
- Frase principal: “La tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia”.
¿Cómo entender la paradoja de la tolerancia hoy?
Aunque Popper escribió su reflexión hace más de 70 años, la paradoja de la tolerancia sigue siendo un tema actual. En tiempos de redes sociales y discursos polarizados, muchas veces se plantea la pregunta: ¿hasta qué punto debe permitirse la difusión de ideas que niegan los principios democráticos?

La paradoja no propone eliminar el diálogo o el debate. Más bien, alerta sobre el riesgo de dejar crecer movimientos que se oponen activamente a la convivencia democrática. Según Popper, la solución no es prohibir de inmediato, sino vigilar y analizar cuidadosamente los discursos intolerantes, para decidir si es necesario limitarlos cuando promueven el odio o la violencia.
Esta reflexión también se conecta con la idea de que la libertad de expresión tiene límites: no se puede permitir que sea utilizada para destruir los cimientos de la propia libertad.
