Seguro que no sabías que el pochoclo –palomitas, pororó, pipoca, cabritas, popcorn– antes se usaba como desayuno.
La evolución de las palomitas de maíz fue total a lo largo de los años, desde los primeros nativos americanos que molían el maíz hasta convertirlo en polvo, hasta el exquisito snack para el cine que conocemos hoy en día. En el medio encontramos una extraordinaria trayectoria culinaria.
¿Pochoclo de desayuno?
Antes de que consideráramos al pochoclo un snack reservado a las ferias y las noches de películas, se usaba como desayuno.
Para entenderlo tenemos que transportarnos a la América colonial. Allí, por las mañanas, el pochoclo se servía en un cuenco con crema y azúcar. Después se comían casi como lo haríamos con los cereales actuales.
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Se dice que las palomitas inspiraron los cereales tal y como los conocemos, aunque fueron sustituidas por alternativas que absorbían mejor la leche.
Este desayuno era considerado uno de los grandes lujos de la vida. Gustaba tanto a niños como a adultos y a veces se cubría con fruta fresca, frutos secos y canela. Otras veces se molía en agua caliente y se servía como avena.
¿Por qué ya no lo comemos en el desayuno?
No podemos evitar preguntarnos, si el pochoclo como "cereal" de desayuno era tan popular en el pasado, ¿qué impidió que se pusieran de moda en la era moderna?
Hay múltiples teorías detrás. Por un lado, las palomitas eran una comida tan común y fácil de preparar, que muchas empresas de cereales temían que los consumidores prefirieran hacerlas ellos mismos.
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En segundo lugar, el pochoclo se disfrutaba mejor fresco, y no se sabía cómo reaccionaría la gente si se guardaba en cajas durante meses o incluso años.
Por último, cuando se inició la gran revolución estadounidense de los cereales, el pororó quedó relegado a un segundo plano y no se incorporó en las campañas promocionales que habían adoptado otros cereales.
