Rosario Vera Peñaloza nació en Atiles, La Rioja, en 1873 y murió el 28 de mayo de 1950. La fecha para conmemorar el "Día de los y las Maestras Jardineras" y el "Día de los Jardines de Infantes" se eligió en su honor. Se la reconoce en la actualidad como la "Maestra de la Patria”.
Durante su carrera ocupó todos los roles:
- Maestra de nivel inicial,
- Docente de grado,
- Profesora,
- Directora,
- Inspectora,
- Supervisora,
- Fundadora de institutos educativos,
- Capacitadora pedagógica en enseñanza.
Ingresó a la escuela normal que habían fundado dos de las maestras estadounidenses traídas por Sarmiento, donde realizó los estudios secundarios y cursó la carrera de magisterio. Se trasladó a la ciudad de Paraná donde obtuvo el título superior de Enseñanza a los 20 años. Allí tuvo a Sara Eccleston como docente, quien más tarde se convertiría en su mentora. En 1897, se graduó como profesora de Kindergarten, en la Escuela de Profesores del Jardín de Infantes de Paraná.
En 1898 creó el primer Jardín de Infantes en la Rioja, anexo a la Escuela Normal de la provincia, que fue el primero de una larga serie de jardines fundados en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Paraná. Participó en la creación del Instituto Bernasconi de Buenos Aires inaugurado en 1929 y siguió colaborando en él hasta 1947. Se ocupó de diseñar y conformar el Primer Museo para la Escuela Primaria, en el cual materializó sus ideas pedagógicas y políticas.

En nuestro país, según la Ley Nacional de Educación N.º 26206, el nivel inicial es el primero del sistema educativo, constituye una unidad pedagógica y se divide en dos períodos: el jardín maternal, que abarca desde los 45 días hasta los 2 años y el jardín de infantes, desde los 3 a 5 años. Los dos últimos son obligatorios.
¿Cuáles son las principales problemáticas para enseñar hoy en la sala?
Para conmemorar este día, Billiken entrevistó a Alina Zelcer, maestra de nivel inicial. La docente señala que una de las principales problemáticas que enfrentan hoy en día es cómo orientar a las familias: "Los tiempos y la sociedad cambiaron y con ellos las infancias y la forma de criar. Los hogares y las experiencias de cada chico son diversas. Una de las tareas de la escuela es acompañar a las familias. Las maestras hacemos hincapié en que hay que poner límites, en que los niños se tienen que frustrar porque a veces para llegar a una meta se tarda mucho y no todo siempre sale como uno lo espera, a la primera vez. Los más pequeños tienen que aprender a valorar el esfuerzo".
Destaca que detrás del concepto de "crianza respetuosa" se esconde un problema: el niño termina decidiendo absolutamente todo. "Eso no debería ser así porque es una persona que está aprendiendo y hay decisiones que son de los adultos y no de los chicos. Hay que poner límites y explicar con paciencia. Criar lleva tiempo y mucha dedicación", explica.
¿Cuál es la importancia de la escolarización temprana?
"Los cinco primeros años de vida son claves en el desarrollo de un niño. En el jardín aprenden a sociabilizar, a desenvolver su personalidad, a tener pensamientos propios; están expuestos a estímulos que les permiten madurar sus sentidos y sus capacidades motrices. También se les enseña a compartir, a llegar a acuerdos y comienzan a alfabetizarse, a tener vínculos con pares de la misma edad y a conocer otros adultos que no son parte de sus familias. Además, se trabaja mucho la imaginación y la creatividad" —explica Zelcer y continúa— "Se nota mucho la diferencia entre chicos que comenzaron a ir al jardín desde temprana a edad y aquellos que no lo hicieron. Ahora esa brecha se acortó un poco porque las salas de 4 y de 5 son obligatorias".
¿Las maestras jardineras tienen que incorporar la tecnología a la sala?
"La tecnología está inmersa en la sociedad. Los adultos las usamos un montón. Hay que buscar un equilibrio. Hay estudios que muestran que el uso excesivo de pantallas no favorece al desarrollo de los chicos y que traerá consecuencias en el futuro. No se los puede dejar afuera porque tienen que aprender a usar los dispositivos, pero no hay que abusar de ellos. En la sala solo la uso para proyectos puntuales en momentos determinados. Las personas somos seres sociales. Necesitamos de un otro. La vida no es a través de una pantalla. Los chicos, muchas veces, se quedan con la idea de que todo se resuelve apretando un botón, como en los jueguitos, pero en la realidad no siempre es así. Además, el uso de pantallas les genera problemas en la vista que antes los más chicos no tenían", reflexiona.

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