La Ley Láinez significó una gran expansión de la escuela primaria en lugares recónditos del país. Uno de sus aportes centrales fue haber creado una política educativa en donde el Estado fue el agente principal. Sancionada en 1905, tenía el objetivo principal de reducir las altas tasas de analfabetismo.
¿Qué es la ley de Láinez?
A partir de la sanción de la ley 1.420 de Educación Común, la enseñanza primaria sería obligatoria y gratuita. La medida se aplicó primero a las escuelas de Capital Federal y posteriormente se extendió a los territorios nacionales, creados en año 1884. Esto dejó fuera a las provincias, ya que la letra de la ley consideraba que la enseñanza primaria era privativa de cada provincia.
A través de Ley Láinez se crearon escuelas primarias en las provincias. El proyecto proponía que el Consejo Nacional de Educación estableciera directamente escuelas elementales en las provincias que lo solicitaran. En esas escuelas debía enseñarse lo dictaminado por la ley 1.420.
¿Quién propone la Ley?
La iniciativa de la ley había sido presentada por el entonces diputado nacional Manuel Láinez y surgió debido a que la Constitución Nacional obligaba a las provincias a expandir la educación primaria. Sin embargo, muchas no tenían los recursos suficientes para hacer frente a esa empresa. Por ese motivo, en el año 1871 se empezaron a otorgar subvenciones a las provincias para la construcción de edificios, adquisición de mobiliario y libros y para el pago de sueldos a maestros y preceptores.
¿Cuándo se sancionó la Ley Láinez?
La denominada Ley Láinez se sancionó el 9 de octubre de 1905 con el número 4.874 y el decreto reglamentario se firmó el 14 de febrero de 1906. Dispuso, además, que el Consejo Nacional de Educación podía nombrar encargados o comisiones inspectoras. Y luego debería pasar anualmente un informe especial al Ministerio de Justicia e Instrucción Pública sobre el funcionamiento de esas escuelas.
El contexto en el que se insertó la Ley Láinez estaba caracterizado por la tensión social y el alto índice de analfabetismo, que superaba el 50 por ciento según el censo realizado en 1895. En esta coyuntura, sumado al descontento social y las nuevas ideas traídas por los inmigrantes, la expansión de la educación era una forma de pacificar los ánimos de la sociedad. La escuela entonces funcionaría como factor de integración social y como un camino de progreso.