Las historias de vampiros que se encuentran en los libros, las películas y las series actuales están inspiradas en la novela “Drácula”, escrita por el irlandés Bram Stoker en 1897. Su personaje principal es el conde Drácula, que se volvió el arquetipo de vampiro occidental. Se estima que el personaje estuvo inspirado en la muerte del príncipe rumano Vlad Tepes en 1476.
¿Cuándo surgió la creencia en la existencia de vampiros?
La creencia en la aparición de vampiros surgió a partir de la existencia de cierto tipo de murciélagos que se alimentan de sangre, específicamente del ganado. De allí viene la imagen de los vampiros: las alas, los colmillos y la ferocidad. También avivó el mito la presencia de sangre en algunos cadáveres desenterrados. Una cosa llevó a la otra y se terminó construyendo el mito de los vampiros.
Las recetas para ahuyentar a estos seres eran tantas como los pueblos donde las aplicaban. En Europa usaban una rama de rosa silvestre o de espino, así como ajo o azufre, y objetos sagrados como un crucifijo, un rosario o el agua bendita. En algunas regiones de Sudamérica era bastante común poner sal y unas tijeras para proteger a los niños mientras dormían.
Características de los vampiros que se fueron agregando con el tiempo
Los vampiros aparecen en numerosas historias contemporáneas y en todas ellas estos personajes no se reflejan en los espejos, no comen a la vista de los demás, duermen de día porque el sol los quema, son pálidos, ojerosos y tienen dos colmillos enormes que clavan en el cuello de sus víctimas cuando quieren alimentarse.
También te puede interesar: El yeti: ¿mito o realidad?