Ubicada en la provincia de Córdoba, la laguna de Mar chiquita es la más extensa de Argentina. Es de agua salada y cuenta con seis mil kilómetros de extensión, lo que la convierte en uno de los humedales salinos más grandes de América Latina y del mundo.
Se encuentra al noreste de Córdoba capital y el ecosistema de la zona se caracteriza por tener una abundante y variada flora y fauna autóctona. Allí pueden contemplarse flamencos rosados, patos y gaviotas, entre otras especies.
Mar chiquita es el colector final de una cuenca sin salida al mar que está alimentada por distintas afluentes, los ríos Primero y Segundo, provenientes de las sierras de Córdoba, y por el río Dulce, que se origina en la sierra de Aconquija en Tucumán. Las sales aportadas por los ríos tributarios se van acumulando a través de miles de años, lo que explica el alto contenido de sales de Mar Chiquita.
Aparentemente, la laguna se originó hace unos treinta mil años por un levantamiento de una falla geológica que levantó las costas Este y Sur, generando un gran dique natural que impidió el drenaje de los ríos afluentes hacia el río Paraná, con quien se comunicaban originalmente.
La diversidad natural de la Laguna de Mar chiquita
Mar chiquita es una zona de mucha diversidad natural. En la reserva viven más de 300 especias de aves y también hay mamíferos, entre los cuales se encuentran el zorro, el hurón, el puma y la comadreja.
Entre las aves, los flamencos son los protagonistas. De hecho, cuenta con tres de las seis especies de flamencos que hay en el mundo: el flamenco austral, el andino y el flamenco de james.
La importancia de esta laguna radica en que es un humedal, que presta servicios ecológicos fundamentales y que regula la biodiversidad. A esto se le suma su valor paisajístico porque representa un escenario de gran belleza.
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