Si hablamos de Argentina, hablamos de tango. Hay calles de Buenos Aires que han respirado al ritmo del dos por cuatro. En esas tierras de nostalgias y desamores, uno de los tangos más emblemáticos fue Cafetín de Buenos Aires.
Con letra de Enrique Santos Discépolo y música de Mariano Mores, se lo considera uno de los tangos fundamentales o tango de oro. Fue compuesto especialmente para una escena de la película Corrientes, calle de ensueños, en la que el mismo Mores actuaría. El músico le pasó la melodía a Discépolo y éste se encargó de la letra. Fue uno de los últimos tangos escritos por Discépolo y se hizo famoso en varias versiones ya antes del estreno de la película en septiembre de 1949.
Qué simboliza este tango
En el universo tanguero, el café adquiere un papel protagónico. Como símbolo de la vida urbana, a diferencia de la pulpería que se asociaba a las costumbres rurales, se constituyó como un espacio distinto al del hogar y al del trabajo. Una especie de tercer lugar para la diversión y socialización de los varones. Ámbito donde se celebraban los ritos de la amistad y donde se expresaban los resquemores de la soledad.
En un contexto caracterizado por la inmigración, ese hombre desarraigado que huye de la miseria del conventillo o de la explotación de la fábrica, encuentra en el café un espacio de socialización. El cafetín se convierte entonces en un ámbito privilegiado para las clases populares no carente de cierta bohemia porque también podía ser frecuentado por artistas y escritores. De hecho, muchos poetas han encontrado inspiración en estos icónicos lugares.
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La letra del tango comienza con la imagen de ese hombre que, de niño, miraba con ansias y desde afuera al café como ese lugar al cual llegaría con el paso de los años. Símbolo quizá del paso de la infancia a la adultez, el cafetín aparece como un espacio mítico.
En segundo lugar, siguiendo la letra de Discépolo, el café es “la escuela de todas las cosas”, ese lugar donde no solo se conversa sino también se comparten reflexiones sobre la vida y se aprende. Más adelante, el tango compara al cafetín con la figura de la madre, tal vez por ser un ámbito donde los concurrentes se sentían seguros y a resguardo de los dolores propios y ajenos.
Otro tema que menciona este mítico tango es el de la amistad. El café como espacio de socialización masculina, donde se comparten las alegrías y las tristezas, los amores y los desamores.
¿Quién fue el autor de Cafetín de Buenos Aires?
Enrique Santos Discépolo, también conocido como Discepolín, nació el 27 de marzo de 1901. Fue un gran contribuidor a la cultura argentina ya que entre sus múltiples labores se destacó como poeta, periodista, escritor, actor, dramaturgo y compositor.
Discépolo perdió a su padre y madre a temprana edad. Ante esta situación se encargó de su cuidado su hermano, Armando Discépolo, importante dramaturgo, quien lo introdujo al mundo mundo de la cultura popular: la música, el teatro y la literatura. Con solo 16 años debutó como actor y poco tiempo después se animó a escribir sus primeras obras de teatro y letras de tango.
Discépolo es mayormente conocido por componer "Yira, Yira", "Uno", "Cambalache" y "Cafetín de Buenos Aires", pero también tuvo un gran reconocimiento como autor de obras las musicales "Wunderbar" y "Tres esperanzas", como actor en "Mateo" y "Melodías Porteñas", y como director en "Caprichosa y millonaria", entre otras producciones.