Según informó la NASA, la Estación Espacial Internacional será sacada de órbita y destruida en 2030. Este gran módulo espacial es el mayor satélite artificial construido por el hombre y sirve como un laboratorio de investigación.
Está habitada por astronautas que viven a más de 400 kilómetros de la superficie del planeta. Acá no hay gravedad ni aire ni ciclos fijos de tiempos. Durante dos décadas, científicos de todo el mundo han realizado investigaciones y experimentos de diversos campos: biología animal, vegetal y humana, astronomía y meteorología. Por todo esto, encierra algunas curiosidades. Veamos algunas de ellas.
Más grande de lo que parece
Este objeto tripulado es el más grande colocado alguna vez en el espacio. Cuenta con unos 109 metros de largo y su espacio habitable equivale a una casa de seis dormitorios. Posee con dos baños, un gimnasio y un ventanal de 360 grados.
La construcción más cara hecha por la humanidad
Lanzada en noviembre de 1998, en su construcción participaron 16 países, desde Rusia hasta Brasil, pasando por España. Según la NASA, se han destinado más de 93 mil millones de dólares. Además, es el objeto más brillante creado por el hombre que se ve en el espacio. Su brillo en el cielo nocturno solo es superado por el de la Luna y Venus.
Muchas puestas de sol y amaneceres diarios
La estación espacial va más rápido que cualquier vehículo en la Tierra. Se desplaza a una velocidad tan veloz que orbita la Tierra una vez cada 90 minutos, aproximadamente. Esto serían 16 veces en un período de 24 horas. Por eso, los astronautas que la habitan ven 16 puestas de sol y amaneceres por día.
Una estadía difícil
El costo físico para los tripulantes de la estación espacial es bastante elevado. La falta de gravedad y de actividad física conlleva una notable pérdida visión, de masa ósea y muscular. Por eso, los atronautas deben hacer, por lo menos, dos horas de ejercicios diarios y seguir dietas especiales que les suministran los nutrientes necesarios en un ambiente tan extremo. Además, el agua y el oxígeno son difíciles de conseguir allí.
Gran centro de reciclaje
En la estación espacial no hay oxígeno. Entonces, los ingenieros que la diseñaron tuvieron que “inventarlo”. Lo logran a través de un proceso químico, la electrólisis: la corriente que se genera a través de los panales solares de la estación se utiliza para dividir las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno. Debido a esto es también un centro de reciclaje espacial, ya que el 65% del agua que se consume es reciclada a través de un moderno sistema de recuperación de líquidos.