La Ley 1420 se sancionó el 8 de julio de 1884, cuando Domingo Faustino Sarmiento era Director General del Consejo Nacional de Educación. Esta norma fue considerada como la base primordial del sistema educativo argentino y se basó en tres pilares fundamentales.
Gratuidad
La escuela tenía que estar al alcance de todos, fundamentalmente en un contexto donde la tasa de analfabetismo era muy elevada. Además, la alfabetización resultaba imprescindible para la formación ciudadana en el marco de un Estado que estaba en sus primeros tiempos de conformación. La necesidad de formar un nuevo sujeto político luego de la finalización del modelo colonial.
Obligatoriedad
Implicaba dotar de una base común a todos los sujetos que concurrieran a la escuela. La educación aparecía entonces como un derecho.
Laicidad
La enseñanza no podía ser religiosa. En tal caso, debía dictarse fuera de horario de clase y por ministros de culto.