La pedagogía logosófica proviene de la doctrina ético-filosófica denominada “logosofía”, y brinda herramientas metodológicas de orden conceptual y experimental para realizar lo que esta corriente llama “el proceso de evolución consciente del ser humano”. Fue creada en 1930 por el educador y humanista argentino Carlos Bernardo González Pecotche (1901-1963), también conocido por su seudónimo literario, Raumsol.
La logosofía afirma que los seres humanos tienen una configuración biopsicoespiritual. Plantea que la psiquis está compuesta por un sistema mental, un sistema sensible y un sistema instintivo. El sistema mental está relacionado con una serie de facultades vinculadas al ejercicio del pensamiento, la razón, el entendimiento, la observación y la imaginación. El sistema sensible tiene que ver con el amar, sentir, perdonar, compadecer, sufrir, agradecer y consentir. El sistema instintivo se expresa a través del odio, la venganza, la codicia, la lujuria y los celos.
La pedagogía logosófica
Este tipo de formación tiene por objetivo alcanzar la evolución consciente de hombres y mujeres mediante la organización de sus sistemas mental, sensible e instintivo. Plantea que todo proceso educativo debe necesariamente comenzar por un autoconocimiento del propio docente, ya que según esta perspectiva querer conocer a los alumnos sin haberse conocido a sí mismo es como querer dar lo que no se tiene.
La pedagogía logosófica considera que en vez de proyectar a los seres humanos fuera de sí para que se instalen en el mundo que los rodea, hay que llevarlos a investigar y conocer su propio mundo interno. En otras palabras, se basa en una concepción de los humanos como seres biopsicoespirituales, capaces de sentar las bases para un mejoramiento interior permanente con el objetivo de realizar aportes constructivos a la sociedad en la que viven. A la par que se brindan los contenidos curriculares oficiales, se completa la educación de los alumnos trabajando en forma experimental nociones fundamentales para el desarrollo de su vida consciente.
Las tres instancias del método logosófico
El método logosófico consta de tres instancias: la expositiva, la aplicada y la de perfeccionamiento. Las tres partes se encuentran íntimamente relacionadas entre sí y juntas tienen por objetivo alcanzar la evolución consciente del individuo.
En la instancia expositiva la pedagogía logosófica utiliza un método didáctico no sistematizado. Dicha técnica es “psicodinámica”, lo que equivale a decir que estimula a los estudiantes a pensar por su cuenta. Esta forma de enseñanza ha sido descripta como un “método espiral”, ya que consiste en realizar un estudio inicial general sobre un tema para volver después al mismo tópico con mayor profundidad y así sucesivamente de forma indeterminada.
La instancia aplicada del método logosófico tiene que ver con la aplicación y la corroboración en la vida diaria de lo que se leyó en los libros. El aspecto práctico del aprendizaje es considerado fundamental para alcanzar gradualmente fragmentos reales de saber, en detrimento de la mera erudición. La pedagogía logosófica descarta los enfoques que se apoyan en reglas mnemotécnicas.
La instancia de perfeccionamiento de la pedagogía logosófica consiste en complementar el estudio y la práctica individual a través de una vinculación con lo colectivo. En este sentido, la confrontación de ideas, investigaciones y experiencias permite verificar si fueron vistos todos los aspectos de un tema de estudio.
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