Si hablamos del molusco más antiguo del mundo, tenemos que hacerlo en tiempo pasado: la almeja Ming, encontrada en 2006 en las costas de la Isla de Grimsey, al norte de Islandia, durante una expedición científica, murió ese mismo año.
Lo más curioso, además de su edad, es que pertenece a una especie de almejas que es muy longeva, con ejemplares hallados que tenían más de 200 años. Ming, sin embargo, llegó a superar ese número ampliamente.
¿Cuántos años llegó a tener el molusco más antiguo del mundo?
La almeja Ming fue bautizada con ese nombre debido a que nació cuando en China aún reinaba la dinastía Ming, que se extendió desde el año 1368 hasta el 1644. Esas fechas ya nos dan un indicio sobre la edad del molusco más antiguo del mundo.
Y es que, precisamente, la almeja Ming vivió más de 500 años, según fue posible calcular. Los científicos que la hallaron en 2006 estimaron, a partir de un método que analiza la cantidad de anillos del caparazón, que había nacido en 1499. De esta forma, Ming llegó a tener 507 años al momento de su muerte.
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¿Cómo era la almeja Ming?
Como todas las almejas, Ming no tenía ojos ni cerebro, pero sí corazón, boca e incluso un intestino. Tampoco fue excepcional en su tamaño, ya que:
- Medía 86,9 milímetros de largo y 72,5 milímetros de alto.
- Pesaba 92 gramos, incluyendo su caparazón.
Además, el molusco más antiguo del mundo pertenecía a la especie Arctica islandica, una familia de moluscos bivalvos. Es decir, animales cuya característica principal es que el caparazón está compuesto de dos partes llamadas valvas.
¿Cómo sobrevivió durante tantos siglos el molusco más antiguo del mundo?
La especie Arctica islandica es de por sí longeva, como explica la comunidad científica que se dedica al estudio de estos animales. Por eso previamente habían sido encontrados ejemplares antiguos, que superaban los 200 años, gracias a la conjunción de varios factores:
- La temperatura de las aguas en las que habita: el norte de Islandia y el norte del Océano Atlántico.
- La alimentación.
- La poca interferencia de actividades humanas.
Así, existe la posibilidad de que Ming no fuera la más longeva y que aún vivan ejemplares que rompan el récord. Sin embargo, es difícil determinarlo ya que, para averiguar la edad de una almeja, es necesario abrirla y, por lo tanto, matarla.