Al poner un pie en la famosa ciudad de Mar del Plata, identificada como un clásico destino de verano entre millones de turistas, es probable que el Casino Central sea una de las primeras construcciones que observen nuestros ojos.
Incluso, hay quienes nunca viajaron a "La Feliz" y también conocen este edificio a la perfección, ya que se convirtió en una clásica postal y está plasmado en casi todas las cajas de alfajores que muchos recibimos de regalo, por parte de familiares y/o amigos.
Y, si bien no hay dudas que el Casino Central de Mar del Plata es un ícono de hormigón y una de las grandes construcciones Argentinas, es importante mencionar que también resalta, a una escasa distancia del mar, gracias a una obra “gemela”, que le corresponde el nombre de Gran Hotel Provincial, y a la rambla que, junto a una plaza seca, une ambos emblemas.
¿Cuál es la historia del Casino Central de Mar del Plata?
La zona donde hoy se encuentra el Casino Central de Mar del Plata experimentó, al igual que toda la ciudad, enormes cambios entre el cierre del siglo XIX y el comienzo del siglo XX.
Aunque muchas personas estuvieron en desacuerdo, se llevaron a cabo una seguidilla de trabajos que incluyó la demolición de construcciones históricas y la inmediata edificación de recintos más modernos que, en la mayoría de los casos, sobrevivieron hasta la actualidad.
Por lo tanto, la historia del Casino Central comenzó con la desaparición de la antigua Rambla Bristol y el Paseo General Paz, que se concretó el 8 de febrero de 1938.
Al liberar el terreno, quedó espacio suficiente para iniciar, el 15 de julio de 1938, la construcción de este espacio de juego, que fue proyectado por el famoso y recordado arquitecto Alejandro Bustillo.
Como era de esperar, la obra avanzó con éxito y en tiempo récord. Gracias al esfuerzo de cientos de trabajadores, el Casino Central de Mar del Plata se inauguró el 22 de diciembre de 1939. Es decir, durante el inicio de la temporada de verano de aquel año.
¿Qué estilo tiene el Casino Central?
Por decisión de Bustillo, el Casino Central de Mar del Plata tiene un estilo ecléctico, con reminiscencias neoclásicas francesas. Es decir, un diseño muy parecido al que tenían los edificios de la época en Europa.
Pero, al mismo tiempo, el argentino también se enfocó en aportarle un aspecto local y combinó el estilo mencionado con un revestimiento de piedra Mar del Plata, que encaja a la perfección con sus grandes muros de ladrillo a la vista.
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Finalmente, en el marco de la misma obra, el arquitecto también garantizó un diseño similar en la estructura del Gran Hotel Provincial, que se define como un “gemelo” del Casino Central y se conserva en el mismo lugar de la ciudad.
¿Cuándo se sumó al paisaje el Gran Hotel Provincial, la rambla y la plaza Guillermo Brown?
La edificación del Casino Central de Mar del Plata no se pensó como una obra aislada. Desde el minuto uno, Bustillo recibió la autorización para diseñar, en el mismo proyecto, el Gran Hotel Provincial, la rambla y la plaza Guillermo Brown.
La única diferencia es que, mientras que el casino abrió sus puertas en el cierre de 1939, la rambla no estuvo completamente lista hasta diciembre de 1941 y el hotel recién se inauguró el 18 de febrero de 1950.
Por último, cabe destacar que, en el transcurso de todas las aperturas mencionadas, se habilitó, entre el casino y el hotel, la plaza Guillermo Brown, que tiene una estatua del Almirante Brown. En simultáneo, también se estrenaron las esculturas de los lobos marinos, tallados por José Fioravanti, que rápidamente se convirtieron en uno de los puntos más fotogénicos de la ciudad.
¿Qué hay en el interior del Casino Central de Mar del Plata?
En el interior del Casino Central, que está dividido en seis niveles y cubre una superficie superior a los 77.000 metros cuadrados, hay numerosas atracciones.
Es cierto que la gran mayoría de los visitantes llegan con intenciones de conocer sus ruletas, probar suerte en los slots o demostrar su talento con los juegos de mesa clásicos como el blackjack y el póker. Pero, al mismo tiempo, en este edificio hay mucho más por hacer.
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Por un lado, se recomienda prestar atención a cada detalle de su arquitectura y diseño, producto del trabajo en conjunto de Alejandro Bustillo y el decorador francés Jean-Michel Frank.
Y, por el otro, también es posible recorrer este edificio, que se identifica como un Patrimonio Histórico Nacional, para presenciar eventos culturales y/o degustar platos elaborados en sus espacios gastronómicos, entre otras actividades.