El termómetro, el pluviómetro y el anemómetro, son algunos instrumentos famosos que se utilizan en el marco de estudios meteorológicos. Pero, al mismo tiempo, en estos trabajos también se incluye un heliógrafo.
En simples palabras, un heliógrafo es una herramienta que sirve para registrar la duración y la intensidad de los rayos solares sobre una determinada superficie terrestre.
Este instrumento apareció por primera vez a mediados del siglo XIX y, desde entonces, permitió acceder a numerosos avances científicos y conocer, con más detalles, el poder de la estrella principal de nuestro sistema solar.
¿Quién inventó el heliógrafo?
Aunque hoy existen heliógrafos que trabajan con un mecanismo de relojería, el primero que existió y que al día de hoy conserva su protagonismo es el que funciona con la rotación de la Tierra como base del tiempo.
Su nombre puntual es heliógrafo de Campbell-Stokes. Esto se debe a que John Francis Campbell lo inventó en 1853 y, poco tiempo después, Sir George Gabriel Stokes lo modificó en 1879.
¿Cómo funciona un heliógrafo?
El heliógrafo de Campbell-Stokes es un instrumento profesional pero tiene un funcionamiento muy sencillo. Mediante su esfera de cristal, que suele tener 12 centímetros de diámetro, concentra los rayos solares sobre una banda de cartulina que se debe colocar en la misma estructura que sostiene a la esfera.
Una vez que los rayos impactan contra el cristal, la cartulina se quema y, en el proceso, deja una “traza carbonizada” frente a una escala impresa de intervalos de 30 minutos con la que, posteriormente, se puede medir la intensidad y la duración de la exposición al Sol.
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Cabe destacar que, en un día despejado, el heliógrafo completará un trazo ininterrumpido y fácil de analizar. Pero, si las nubes bloquean la luz solar durante el registro, la traza carbonizada será intermitente. En este momento, la escala de intervalos mencionada tendrá un valor fundamental.
¿Cuántos tipos de bandas existen para este instrumento meteorológico?
Si bien la esfera de un heliógrafo y la estructura que la sostiene se pueden reutilizar en más de una oportunidad, no ocurre lo mismo con las bandas, que hay que cambiarlas luego de cada medición.
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Además, para conocer un poco más cómo se trabaja con este instrumento, también es importante señalar que existen tres tipos de bandas, que varían según la época del año. Es decir, para las mediciones que se realizan en el hemisferio norte, hay que utilizar:
- Bandas rectas (equinocciales), desde marzo hasta abril y desde septiembre hasta octubre.
- Bandas curvadas cortas, desde octubre hasta febrero.
- Bandas curvadas largas, desde abril hasta agosto.
¿Y en el hemisferio sur? El uso es similar, pero, por la posición geográfica, se debe invertir.