El Día de la Educación de Adultos en Argentina, se celebra todos los 27 de noviembre. La fecha conmemora la creación de la Dirección Provincial de Educación de Adultos, de la provincia de Buenos Aires, a través del Decreto N° 4626/73, en 1973.
Se trató de una política educativa que permitió que las escuelas de adultos tuvieran autonomía y dejaran de depender de las escuelas primarias y pasaran a ser parte de la Subsecretaría de Educación del Ministerio de Educación de la Provincia.
¿Por qué es importante la Educación de Adultos?
La educación de adultos está orientada a desarrollar estrategias para facilitar el proceso de aprendizaje en adultos que no hayan accedido al sistema de educación formal. Se promovió una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial. Durante la década de los setenta, sobre todo en América Latina, se resignifica y se la asocia a la Educación popular, como una herramienta para los más desfavorecidos.
En el 2022, el Instituto de Estadística de la UNESCO, estableció que había alrededor de 771 millones de adultos analfabetos en el mundo. Además, otras personas mayores no cuentan con los conocimientos necesarios para responder a las exigencias de esta época cada vez más digital.
En Argentina, el artículo 46 de la Ley de Educación Nacional N° 26206 define a la Educación Permanente de Jóvenes y Adultos como "la modalidad educativa destinada a garantizar la alfabetización y el cumplimiento de la obligatoriedad escolar prevista por la presente ley, a quienes no la hayan completado en la edad establecida reglamentariamente, y a brindar posibilidades de educación a lo largo de toda la vida", pero hoy en día, la educación no sólo tiene que ver con la posibilidad de terminar la escuela primaria, secundaria o acceder a la universidad. Ya no puede limitarse a un periodo determinado. Todas las personas deben poder acceder a la educación a lo largo de la vida, tanto para el desarrollo personal como profesional.
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Mónica Navarro, especialista en psicogerontología, explica que a finales de los 60, aparecen teorías nuevas que cambian totalmente la forma de pensar el aprendizaje: "Hasta ese momento, las investigaciones acerca del funcionamiento del cerebro estaba inscripta dentro de la teoría de la evolución, instalada muy fuertemente en aquella época. Entonces se hablaba de ciclo vital cerrado. Los sujetos, como cualquier ser viviente, nacían, crecían, se desarrollaban y morían. Se pensaba que a partir de un determinado momento, comenzaba un cierto deterioro, cierta desconexión. Además, se creía que la mejor forma de vivir la vejez era entre pares, los viejos con los viejos. Pero se descubrió algo que fue tremendamente importante: La plasticidad neuronal" a partir de conocer su existencia se empezaron a pensar todos los procesos de otra manera".
A partir de estos descubrimientos, cambian los tratamientos para estimular al cerebro ya que se demostró que pueden crearse otras redes neuronales activas y a partir de ese momento se empieza a pensar el envejecimiento cerebral desde otro punto de vista. Cambia la perspectiva de que una persona solo aprende durante la niñez. Se incorpora en ese momento la idea de curso vital, que tiene que ver con que no todas las personas envejecen de la misma manera y que depende del entorno que puede cambiar a lo largo del tiempo, dando lugar a elegir distintos caminos que no son lineales.
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"Encontramos que no solamente se aprende durante toda la vida, sino que se cambia la forma de aprender según los estímulos que se tienen alrededor y las formas en que el aprendizaje interactúa con la propia vida. Los adultos tienen otros estímulos que interactúan con su proceso de formación " — comenta Navarro y agrega — "la educación de mayores no tiene ningún factor adverso, son todos positivos. Es importante fomentar la transgeneracionalidad".
A la hora de hablar del futuro de la educación para mayores, Navarro destaca que no existe en Argentina presupuesto que esté específicamente destinado a su desarrollo y que debido al mayor envejecimiento de la población por un aumento en la esperanza de vida, debería ser un tema en agenda: "En el futuro deberá haber más instituciones dedicadas a la vejez". Además, habla de que hay que trabajar para disminuir los prejuicios propios y ajenos en relación a los adultos mayores, desde la niñez: "Debe ser algo natural para los jóvenes y se debe compartir que no hay solo una vejez, hay multiplicidad de opciones".
El acceso a la educación de las personas mayores
A lo largo de la historia, hubo varios motivos por los que las personas no pudieron acceder al sistema de educación formal. Una de ellas es Mirta Kravneris, una mujer de 79 años que comenzó la secundaria a los 70 años y pudo terminarla gracias al Plan FinES. Ella es poeta y escritora. Además de obtener reconocimientos en distintos concursos literarios, publicó dos libros: uno de cuentos y otro de micro relatos.
Decidió anotarse para terminar sus estudios cuando, en la parada del colectivo, conoció a una mujer que estaba asistiendo a clases con ese mismo objetivo. En ese mismo momento, fue a averiguar los requisitos necesarios para convertirse en alumna y cumplir su sueño de terminar la escuela.
En la casa de Mirta no faltaba nada, pero los recursos eran escasos y sus padres tuvieron que elegir cuál de sus dos hijos.
"No pude cursar la secundaria en el momento que correspondía por cuestiones de género. En los años 50 muchas mujeres no cursaban el secundario porque no se consideraba demasiado importante. Mis padres decidieron que era importante que mi hermano estudiara porque alguna vez iba a tener que mantener a una familia", relata Mirta.
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En cuanto al acceso a la educación hay un corte generacional. Hoy no es lo mismo que en los 50, 60 o 70. "En aquel entonces no se construía el deseo de estudiar en las mujeres como si en los varones, la forma de socialización era distinta y estaba ligada al género mucho más que ahora. A esto hay que sumarle que en todo el mundo hay más mujeres que varones, entonces, frente a una oferta educativa para mayores hay más mujeres", señala la especialista en psicogerontología.
Aunque no pudo ir al colegio secundario, Mirta siempre fue una apasionada de la lectura: " Las que somos laicas le rezamos a Louisa May Alcott, la autora de Mujercitas. Siempre me encantó el personaje de Jo, que era la escritora", cuenta y agrega que fue la historia fue en parte lo que la inspiró a escribir. Es la autora de dos libros publicados y tiene dos más "en gateras".
"Terminar la escuela fue saldar una deuda conmigo. Además me sirvió para sacarme el enojo de por qué no había podido estudiar, por qué no había sido la elegida. Cualquier acercamiento al conocimiento siempre es importante porque despierta vocaciones, curiosidades y puede cambiar la vida de muchas personas y ayudarlas a, por ejemplo, conseguir mejores oportunidades laborales", — reflexiona y destaca que para ella, el poder estudiar cuando uno es un adulto es la posibilidad de romper con la fatalidad de que alguien haya decidido que estudiar no era para las mujeres de su época — "el Plan FinES cumple con la finalidad de romper con eso y yo soy testigo junto con otras más".
