La lectura en la adolescencia es crucial, pero no siempre está clara la mejor forma de incentivarla. Un artículo de The Conversation propone que lo importante es que los jóvenes elijan lecturas que despierten su interés, sin restringirlos a obras “obligatorias” o “clásicas”.
Escuchar a cada lector adolescente
No todos los jóvenes comparten los mismos gustos ni el mismo bagaje cultural. Por eso es esencial brindarles espacio para elegir lo que les interesa. Ya sea ficción contemporánea, novelas gráficas o textos breves, lo valioso está en que el libro genere motivación y fluidez lectora. Respetar sus elecciones permite que descubran su camino lector.
La variedad como puerta de acceso en la lectura en la adolescencia
Una dieta literaria variada -que combine clásicos con historias modernas o géneros populares- enriquece la experiencia lectora. La clave está en la combinación adecuada: un mix entre la calidad literaria y el placer de leer, tal como indican expertos educativos. Así se estimula tanto la comprensión profunda como el interés genuino.
Formación para la comprensión crítica
Además de dejar que los adolescentes elijan, es fundamental entrenarlos para interpretar, cuestionar y comparar textos. Esto ayuda a desarrollar habilidades críticas que les servirán más allá de la escuela. La reflexión sobre lo leído fortalece su capacidad de análisis y los prepara para escenarios reales, como la información en línea.
Lectura como experiencia social
Leer no debería ser un acto solitario: los clubes de lectura, debates en clase o compartir recomendaciones fortalecen el vínculo entre los jóvenes y los textos. Este intercambio permite ampliar horizontes literarios y construir una comunidad lectora activa y motivada.
También te puede interesar > Crisis de lectura en las aulas argentinas: el rol cave del liderazgo educativo
(c) The Conversation / Gemma Lluch (Universitat de València) / imagen: Freepik
