Los “Bachilleratos populares” son escuelas de jóvenes y adultos que fueron creadas a partir de 2004 por iniciativa de organizaciones sociales y empresas o fábricas recuperadas que habían cobrado visibilidad durante la crisis económica de 2001.
Los orígenes de los “Bachilleratos populares”
Los “Bachilleratos populares” en Argentina surgieron después de la conocida crisis de diciembre de 2001 que tuvo lugar en el país. En ese contexto surgieron las asambleas barriales, los clubes de trueques y las primeras propuestas de educación popular para jóvenes y adultos que no habían finalizado la escuela secundaria. Diversos movimientos sociales comenzaron a buscar respuestas alternativas a la ausencia del Estado y encontraron formas de organización horizontales y asamblearias.
Los “Bachilleratos populares” tomaron como modelo a las prácticas de educación popular que tuvieron lugar en América Latina a partir de la década del ‘60, entre las que figuran la “Campaña de Reactivación Educativa de Adultos para la Reconstrucción” (CREAR), las escuelas populares del “Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra” en Brasil y las experiencias educativas del “Movimiento Campesino de Santiago del Estero”.
Los “Bachilleratos populares” fueron creados con una concepción de la escuela como organización social, que debía fundirse en el ámbito de lo barrial y lo social. Se han constituido como espacios donde conviven distintos saberes: académicos, de militancia, científicos y de resistencia popular.
¿Cómo funcionan los “Bachilleratos populares”?
Las primeras experiencias de “Bachilleratos populares” surgieron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y en la provincia de Buenos Aires. Estas escuelas adscriben a la teoría de educación popular, que tiene como principal referente al educador brasileño Paulo Freire. Además se nutren de la organización autogestiva e interpelan al Estado como garante del derecho a la educación de todos los sectores sociales.
Hoy en día existen alrededor de cien “Bachilleratos populares” en Argentina, treinta de los cuales se encuentran en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estas escuelas son elegidas en la actualidad por unos 1.500 jóvenes y adultos para cursar el secundario y ven a la educación como una herramienta para la transformación social, es decir, como un proyecto político pedagógico emancipador y revolucionario.
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