Junto a su hermana Olga, llevó adelante iniciativas innovadoras en el ámbito educativo, caracterizadas por la creatividad y la importancia del arte y el juego.
Leticia Cossettini fue una de las grandes educadoras argentinas. Junto con su hermana Olga, dedicaron su vida a la docencia y la pedagogía al tiempo que llevaron adelante distintas iniciativas que implicaban toda una innovación para la época.
Al igual que su hermana, nació en la provincia de Santa Fe y, desde pequeña, se manifestó interesada en las expresiones artísticas y se destacó por su gran sensibilidad.
Juntas, emprendieron el proyecto de la Escuela Serena, una institución donde los estudiantes eran considerados el centro del aprendizaje y donde reinaba el arte, la música y la creatividad en un contexto de serenidad y bienestar.
Tenía una visión distinta sobre la docencia y el aprendizaje. Por ejemplo, en la mencionada escuela, llevaba fuera de las aulas a los y las estudiantes para tomar el radio de circunferencia de la fuente de la plaza o para pasear por los alrededores y aprender sobre el canto de los pájaros y las historias de vida de las personas del pueblo. Se trataba de una escuela que se abría hacia afuera y que interactuaba con el contexto y la comunidad.
Leticia tenía la costumbre de llevar un registo de sus clases, a modo de diario. En un cuaderno del año 1940 escribió la siguiente: “Desde que comenzamos las clases hemos escrito poco, hicimos poca matemática, no nos hemos preocupado por el martirio del repaso ajustado a la definición, al mecanismo de tal o cual lección asignada. Hemos estado creando un clima de armonía, el placer de la limpieza, la gracia de escuchar y decir, la alegría de ayudar, de dar, de ser, de hacer. Y ya hay algo de alba en la luz. Desde que llegaron a la escuela, les puse en sus manos las acuarelas que muchos, la mayoría casi nunca usará, la mancha de color va adquiriendo matices que el tiempo depurará y la madurez precisará y suavizará los contornos. Pintan, gozosos. Este nuevo lenguaje tiene para ellos extraordinario encanto. Están en ese período del descubrimiento del mundo y de su mundo. ¿Ha visto usted la luz en el plátano? ¿Miró el cielo esta tarde? ¡Qué lindos los verdes después de la lluvia! Y si la acuarela hoy no traduce bien, la luz en el plátano, el añil del cielo o el verde jugoso de la hierba el ritmo del color, está por nacer, nacerá”.
Leticia se orientó a las materias creativas, principalmente a la plástica (pinturas, acuarelas y esculturas), pero también desarrolló teatro de títeres y dirección de coros, entre otras actividades. Además, publicó los libros “Teatro de niños” (1945) y “Del juego al arte infantil” (1950).
Esta gran educadora falleció el 11 de diciembre de 2004 en Rosario, Santa Fe, pero dejó huellas en todos los que la conocieron.
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