Toru Kumon fue un profesor de matemáticas japonés que en 1954 empezó a enseñar a sus propios hijos, que estaban fallando en esa materia en la escuela primaria, con un método que posteriormente se conocería como el “método Kumon”. Como resultado, su hijo mayor fue capaz de hacer cálculos en sexto grado y su hijo menor en cuarto grado. Debido a ello, otros padres se interesaron en las ideas de Toru Kumon y finalmente en 1956 abrió su primer centro educativo en Osaka (Japón).
En 1958 Toru Kumon fundó el “Instituto Kumon para la Educación”, que estableció los estándares para otros centros idénticos que se empezaron a abrir en el resto del mundo. En Sudamérica se inició la apertura de esos institutos en 1977 en Brasil y posteriormente en el resto de los países latinoamericanos.
Toru Kumon creía que un niño era capaz de aprender cualquier cosa si se le daba el material y el apoyo adecuado. Desde 1956 más de 19 millones de estudiantes se han beneficiado con el método que lleva su nombre.
¿Cómo funciona el método “Kumon”?
Este método de aprendizaje está dividido en diferentes niveles: se realiza al estudiante un test al inicio para comprobar en qué nivel debe comenzar. El sistema está estructurado de manera que hasta que no domine los conocimientos de un nivel no pueda pasar al siguiente. Existen centros educativos “Kumon” en todo el mundo, y muchas escuelas tradicionales han incorporado este método como actividad extraescolar.
Al permitir que cada alumno estudie según su nivel, el método “Kumon” permite al alumno avanzar a su propio ritmo y llegar a dominar conceptos que superan su nivel escolar. Además, resolver tareas del nivel adecuado le permite mantenerse motivado y creer en su propia capacidad, y de esa manera desarrolla una actitud positiva ante el estudio.
Por otro lado, este método le da importancia al aprendizaje autónomo, por lo que se anima a los alumnos a descubrir cómo resolver los ejercicios por sí mismos. Al introducir conceptos nuevos, las hojas de estudio presentan ejemplos de respuestas que ayudan a los estudiantes a deducir por sí mismos el procedimiento correcto y a aplicarlo a otros ejercicios parecidos para familiarizarse cada vez más con ellos.
El rol del orientador en esta metodología de enseñanza
El orientador, por su parte, se centra en desarrollar el potencial de cada niño o niña. Presta atención a la capacidad académica de cada alumno, a su personalidad y a la forma en que resuelve los ejercicios de las hojas de estudio. En función de lo que observa, el orientador plantea objetivos concretos a cada alumno y le da el apoyo necesario para asegurarse de que esté trabajando en el nivel más adecuado. Cuando el alumno se topa con ejercicios que no puede resolver, el orientador le hace preguntas para saber cuál es su nivel de comprensión y le da pistas y ejemplos para ayudarlo a resolver los ejercicios por sí mismo.
El orientador “Kumon” colabora con las familias para ayudar a todos los niños a ser alumnos competentes y responsables. El papel de los padres, por otra parte, es controlar que sus hijos realicen las tareas todos los días y corregir los ejercicios con una plantilla que la escuela les brinda.