En los últimos días, una noticia sorprendente llegó desde Perú. Y es que no todos los días los arqueólogos locales anuncian el descubrimiento de una ciudad que permaneció oculta durante milenios y que ahora revela valiosa información sobre los primeros habitantes de Sudamérica.
Este hallazgo sorprende tanto por su importancia como por su antigüedad: se estima que tiene unos 3.800 años y que fue un punto clave para la conexión entre distintas culturas, sobre todo entre aquellas del océano Pacífico con las de la cuenca del Amazonas.
Y su importancia no termina ahí: Peñico (el nombre de la ciudad) se encuentra a solo 12 kilómetros de Caral, considerada la civilización más antigua de América, y es un reflejo del desarrollo social y económico que alcanzaron estas sociedades ancestrales.
¿Cuál era el rol de Peñico en la antigüedad?

Según explicaron los expertos que trabajaron en el yacimiento, Peñico no fue un sitio aislado. Todo indica que esta ciudad cumplió un rol fundamental como centro comercial, ya que conectaba tres zonas claves del continente: la costa del océano Pacífico, la Cordillera de los Andes y la cuenca del Amazonas.
Durante las excavaciones, que se extendieron a lo largo de ocho años, los arqueólogos encontraron restos de viviendas, espacios ceremoniales y vestigios de rutas de intercambio. Además, identificaron técnicas avanzadas de construcción y organización social en la ciudad situada en el valle del río Supe.
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Por eso, los investigadores creen que Peñico fue un espacio donde distintas comunidades intercambiaban productos, conocimientos y costumbres, promoviendo la integración cultural mucho antes de lo que se creía.
La importancia de la vieja (y "nueva") ciudad de Perú

Este hallazgo marca un antes y un después para la arqueología en Sudamérica. Gracias al trabajo conjunto entre científicos y comunidades locales, Peñico se suma al valioso patrimonio histórico de la región y ofrece pistas sobre cómo vivían y comerciaban las primeras sociedades organizadas.
Peñico también reavivó el interés por la civilización de Caral, que ahora cuenta con una ciudad vecina que demuestra el complejo entramado cultural que existía hace miles de años en la región andina.