Pocas recetas logran transmitir tanto de la identidad de un país como lo hace la ropa vieja en Cuba. Este guiso, elaborado a base de carne desmechada y vegetales, se ha convertido en un verdadero emblema de la gastronomía cubana, no solo por su sabor, sino también por su historia. Su nombre peculiar, que literalmente alude a prendas desgastadas, tiene raíces en una leyenda popular y refleja cómo la creatividad puede transformar ingredientes sencillos en una receta con alma.
Tres datos clave sobre la ropa vieja
- Origen: se remonta a la cocina de las Islas Canarias.
- Ingrediente principal: carne de res desmechada con vegetales y especias.
- Significado cultural: representa la fusión de culturas que define la gastronomía cubana.
El origen del plato: entre leyendas y migraciones
Aunque hoy es sinónimo de cocina cubana, la ropa vieja no nació en la isla. Su origen se remonta a la España medieval, en particular a las Islas Canarias, desde donde emigraron muchos españoles a América. La receta se asentó con fuerza en Cuba durante la época colonial, adaptándose con ingredientes locales y al paladar caribeño.

Una leyenda cuenta que un anciano pobre, sin recursos para alimentar a su familia, cocinó ropa vieja en una olla mientras rezaba. Milagrosamente, la ropa se convirtió en carne guisada. Más allá del mito, esta historia simboliza el ingenio culinario que caracteriza a muchos platos tradicionales.
Cómo se prepara la ropa vieja
La ropa vieja cubana se prepara principalmente con carne de res desmechada, generalmente falda, que se cocina a fuego lento con tomate, cebolla, pimiento y especias como comino y laurel. Se sirve acompañada de arroz blanco, frijoles negros y plátano frito, formando un típico menú cubano.
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Este plato es un ejemplo claro de la fusión cultural que define a la cocina de Cuba: influencias españolas, africanas y caribeñas se combinan en cada bocado.
Ropa vieja: símbolo cultural cubano
Para los cubanos, la ropa vieja es mucho más que comida: es parte de su identidad nacional. Se sirve tanto en hogares como en restaurantes típicos y paladares (comedores populares), y suele estar presente en reuniones familiares y celebraciones.
Es también uno de los platos más reconocidos por los visitantes extranjeros, quienes lo consideran un ícono culinario del país.