Enrique VIII de Inglaterra (1491-1547) es recordado por su papel clave en la ruptura con la Iglesia católica y la creación de la Iglesia anglicana. Sin embargo, su vida amorosa fue tan famosa como su política. Se casó seis veces, buscando el amor, un heredero varón y, en ocasiones, alianzas políticas. Algunas de esas uniones terminaron en divorcio, otras en tragedia, y solo una esposa lo sobrevivió.
Catalina de Aragón: la reina que no pudo darle un heredero varón a Enrique VIII
La primera esposa de Enrique VIII fue Catalina de Aragón, con quien se casó en 1509. Viuda de su hermano Arturo, su matrimonio fue estable durante años y tuvieron una hija, María. Sin embargo, la falta de un heredero varón llevó al rey a pedir la anulación del matrimonio, lo que desató el cisma religioso en Inglaterra. Catalina fue desterrada y murió en 1536.
Mirá También

Amores históricos: conocé la historia de amor entre Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo
Ana Bolena: pasión y tragedia en la corte inglesa
Enamorado de Ana Bolena, Enrique rompió con Roma para casarse con ella en 1533. Juntos tuvieron a Isabel I, quien más tarde sería una de las monarcas más importantes de la historia. Sin embargo, la relación se deterioró y Ana fue acusada de adulterio y traición. Fue ejecutada en 1536, en un episodio que marcó para siempre la imagen del rey.
Jane Seymour: la madre del heredero de Enrique VIII
Ese mismo año, el rey se casó con Jane Seymour, quien le dio el tan esperado hijo varón, Eduardo VI. Jane murió pocos días después del parto, en 1537, dejando a Enrique profundamente afectado.

Datos clave sobre Enrique VIII y sus matrimonios:
- Total de esposas: 6.
- Hijos legítimos que sobrevivieron: María I, Isabel I y Eduardo VI.
- Religión: fundador de la Iglesia anglicana en 1534.
Los últimos matrimonios y el final del reinado
Enrique VIII se casó luego con Ana de Cleves, matrimonio que duró solo seis meses. Siguió con Catalina Howard, sobrina de Ana Bolena, quien fue ejecutada por adulterio. Su última esposa fue Catalina Parr, con quien compartió sus últimos años y que lo sobrevivió, convirtiéndose en la única de sus reinas en lograrlo.
Más allá de sus conflictos y decisiones drásticas, la vida amorosa de Enrique VIII moldeó no solo su destino personal, sino también el curso de la historia inglesa.