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¿Había agua potable en la época colonial?

agua potable en la época colonial
En tiempos coloniales, conseguir agua limpia era un verdadero desafío. No había plantas potabilizadoras ni cañerías, pero sí ingeniosos métodos caseros y oficios que garantizaban el abastecimiento. En esta nota, Billiken te cuenta cómo era el acceso al agua potable en la época colonial.
Historia
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Hoy sabemos que tomar agua potable es indispensable para vivir. Sin embargo, el acceso al agua segura es un avance relativamente reciente en la historia de la humanidad. Conseguir agua limpia era una tarea mucho más compleja y, en muchos casos, riesgosa. Mucha gente se pregunta, al respecto, si había agua potable en la época colonial. Y si no, ¿cómo se las arreglaban las personas?

En el Virreinato del Río de la Plata, que existió entre 1776 y 1810, no había redes de distribución ni plantas de potabilización como las que existen hoy. Aún así, las personas se preocupaban por conseguir agua clara, aunque el concepto de "potable" no era el mismo que usamos actualmente.

El agua potable en la época colonial: la figura del aguatero

agua potable en la época colonial Río de la Plata
Créditos: La Voz.

Según documentos del Museo Histórico Nacional, en la Buenos Aires colonial la mayor parte del agua provenía del Río de la Plata. Pero no se tomaba directamente. Había una figura muy importante en la ciudad: los aguateros. Eran personas que extraían agua del río, la dejaban decantar (es decir reposar, para que bajaran los sedimentos) y luego la vendían casa por casa en barriles de madera.

Además del río, también se usaban aljibes —estructuras para recolectar agua de lluvia— y pozos cavados en los patios. Eso sí: el agua de estos últimos no siempre era segura, ya que podía contaminarse con desechos o estar cerca de pozos ciegos.

¿Cómo se filtraba el agua para que fuera más "potable"?

Aunque no existían los métodos modernos de potabilización, como el agregado de cloro o la filtración industrial, muchas familias hervían el agua antes de consumirla, sobre todo si venía del pozo. También era común dejarla al sol o filtrarla con telas, aunque estas prácticas no siempre garantizaban su salubridad.

Con el tiempo, las enfermedades transmitidas por el agua empezaron a llamar la atención de médicos y autoridades. Recién a fines del siglo XIX, cuando Argentina ya era un país independiente hacía décadas, comenzaron a instalarse las primeras obras sanitarias en Buenos Aires, como la red de cañerías y una planta para purificar el agua del río.

Tres datos curiosos sobre el agua en la época colonial

  1. Se creía que el agua clara era agua segura, pero eso no siempre era cierto. En la época colonial no se conocían los microorganismos que causan enfermedades, por lo que muchas personas juzgaban la calidad del agua sólo por su aspecto o sabor. Esto llevaba a consumir agua contaminada sin saberlo.
  2. Algunas familias usaban filtros de tela o carbón, una práctica heredada de culturas indígenas y de saberes populares. Colaban el agua antes de usarla para cocinar o beber, como forma de evitar hojas, insectos u otras impurezas visibles. Aunque rudimentarios, estos métodos eran útiles para mejorar un poco la calidad del agua.
  3. Los conventos y monasterios solían tener sus propios sistemas de agua, que incluían aljibes más grandes o pozos dentro del terreno. En muchos casos, esas instalaciones eran mejores que las que tenían las casas particulares, y algunas hasta abastecían a vecinos cercanos en tiempos de sequía.

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