En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cada barrio tiene una historia que contar. Y el de Constitución, conocido por su estación ferroviaria y su ritmo acelerado, guarda una anécdota que lo vincula con uno de los documentos más importantes del país: la Constitución Nacional Argentina.
Este barrio, ubicado al sur del centro porteño, debe su nombre a un hecho político fundamental. Fue bautizado así en homenaje a la sanción de la Constitución de 1853, que organizó institucionalmente al país después de años de conflictos internos. En ese contexto, se nombró Plaza Constitución al espacio central de la zona y, con el paso del tiempo, ese nombre se extendió a todo el barrio.
Tres datos clave sobre el barrio de Constitución
- 1853: año en que se sancionó la Constitución Nacional, que inspiró el nombre del barrio.
- 1865: se inaugura la Estación Constitución, clave para el desarrollo de la zona.
- Plaza Constitución: espacio público central que dio origen al nombre del barrio.
De zona rural a núcleo urbano
Antes de que la plaza y el barrio recibieran su nombre, la zona que hoy ocupa Constitución era un sector con terrenos bajos y quintas. Según documentos históricos, a comienzos del siglo XIX era considerada una zona rural de tránsito, donde se encontraban pulperías, postas y chacras. El lugar se volvió estratégico por su cercanía al camino al sur, ruta obligada para quienes viajaban a la provincia de Buenos Aires.

En 1864 se fundó oficialmente el barrio como tal, y un año más tarde, en 1865, se inauguró la Estación Constitución, que conectaba la ciudad con las localidades del sur a través del Ferrocarril del Sud (hoy línea Roca). Esta estación se transformó en un punto neurálgico para el transporte y el crecimiento urbano de la zona.
Constitución, entre trenes e historia
El barrio fue moldeado por la llegada masiva de inmigrantes y por su cercanía al puerto. Rápidamente se convirtió en un lugar de paso, trabajo y comercio. A lo largo de su historia, vivió distintas transformaciones: desde la expansión del ferrocarril, hasta obras de infraestructura como el viaducto de la Avenida 9 de Julio y la línea C del subte, inaugurada en 1934.
Más allá de su intensa vida cotidiana, Constitución también conserva iglesias, colegios, mercados y edificios históricos, que dan cuenta de un pasado rico y diverso. Hoy, el barrio continúa siendo uno de los puntos más transitados de la ciudad, con una identidad ligada a la movilidad, pero también al recuerdo de aquel momento fundacional de la nación.

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