Cuando pensamos en Flores, uno de los barrios más tradicionales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, probablemente imaginamos plazas arboladas, casas de época y una fuerte impronta barrial. Sin embargo, pocas personas conocen el verdadero origen de su nombre, que no está relacionado con plantas o jardines, sino con una familia criolla que habitó la zona en el siglo XVIII.
Tres datos clave sobre el barrio
- Fundación del pueblo: 1856.
- Incorporación a CABA: 1888.
- Nombre original: en honor a Ramón Francisco Flores, heredero de las tierras.
El origen del nombre Flores
Durante la época colonial, el actual barrio de Flores era una zona rural, repleta de chacras y quintas que abastecían a la ciudad. Uno de esos terrenos fue propiedad de Juan Diego Flores, quien dejó como heredero a su hijo Ramón Francisco. Con el tiempo, las tierras comenzaron a ser conocidas popularmente como “las tierras de Flores”.
En 1806, se inauguró la Iglesia de San José de Flores, lo que ayudó a consolidar un pequeño núcleo urbano. Años más tarde, en 1856, se fundó oficialmente el pueblo de San José de Flores, tomando como referencia tanto la iglesia como el nombre ya arraigado en la memoria colectiva.
El apellido, entonces, dio origen al nombre del barrio. A pesar de que algunos creen que el nombre proviene de la flora de la zona, lo cierto es que el barrio lleva ese nombre en honor a esta familia.
La historia del barrio
Fue una localidad autónoma durante varios años. De hecho, hasta 1888, fue un municipio independiente, momento en el que quedó incorporado definitivamente a la Ciudad de Buenos Aires, junto al pueblo de Belgrano. Con la llegada del Ferrocarril del Oeste y el desarrollo urbano, la zona comenzó a crecer rápidamente.
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Durante el siglo XX, se convirtió en una zona residencial con fuerte identidad propia. Además, adquirió un rol clave en la cultura porteña: fue escenario de cuentos, leyendas y canciones, entre ellas las historias del "Ángel Gris", del escritor Alejandro Dolina.
Flores, un barrio con historia y cultura
Además de su valor histórico, Flores es un barrio que conserva una identidad muy marcada. A lo largo de sus calles conviven casas antiguas, mercados históricos como el Mercado de Flores, y una activa vida cultural.
También es un barrio literario: autores como Dolina lo convirtieron en escenario de relatos míticos, llenos de poesía, misterio y mitología urbana. Así, Flores no solo es parte de la historia de Buenos Aires, sino también de su imaginación colectiva.
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