Caminar por el barrio de Liniers es recorrer una parte vibrante y muy activa de la Ciudad de Buenos Aires. Con su famoso santuario de San Cayetano, su estación ferroviaria y su variedad de comercios, este barrio tiene una historia rica que pocos conocen. ¿De dónde viene su nombre? ¿Y cómo se formó este rincón porteño?
El origen del nombre
El barrio lleva el nombre de Santiago de Liniers, un personaje clave en la historia argentina. Liniers fue un militar de origen francés que se destacó por su valentía al liderar la defensa de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807. Su rol fue tan importante que llegó a ser Virrey del Río de la Plata.
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¿Por qué el barrio de La Paternal se llama así?
En homenaje a su figura, cuando se inauguró una estación del Ferrocarril del Oeste en 1872 en lo que entonces eran tierras alejadas del centro de la ciudad, se decidió nombrarla “Liniers”. Con el tiempo, alrededor de esa estación comenzó a formarse un barrio que adoptó el mismo nombre.
Liniers: un barrio con historia y movimiento
El desarrollo de Liniers estuvo profundamente ligado al ferrocarril. La estación atrajo comercios, fábricas y casas, y transformó la zona en un punto clave para la circulación de personas y mercaderías. A lo largo del siglo XX, el barrio creció hasta consolidarse como una zona residencial y comercial, que también conecta con el conurbano bonaerense.
Algunos datos destacados de Liniers:
- En 1908, Liniers fue oficialmente incorporado como barrio a la ciudad.
- El Santuario de San Cayetano, fundado en 1900, atrae miles de fieles cada 7 de agosto.
- Su estación de tren es una de las más importantes del Ferrocarril Sarmiento.
Además de su intensa vida urbana, el barrio mantiene espacios verdes, clubes deportivos y una comunidad muy activa.
Liniers hoy: tradición y modernidad
Actualmente, Liniers es un punto de encuentro entre la ciudad y el Gran Buenos Aires. Sus calles están llenas de vida: desde los fieles que llegan al santuario hasta quienes van de compras o toman el tren. También conviven en el barrio culturas diversas, especialmente de comunidades bolivianas y peruanas que han dejado su huella en la gastronomía y las costumbres del lugar.
Así, el barrio de Liniers no solo recuerda a un héroe nacional, sino que también es testigo del crecimiento y la diversidad de la Ciudad de Buenos Aires.
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