Aunque hoy se lo conoce por su arquitectura señorial, sus museos y su intensa vida cultural, Belgrano guarda un secreto histórico poco conocido: fue capital de la Argentina. Por breve tiempo, pero en un contexto político clave que marcó el rumbo del país.
Todo ocurrió en 1880, en medio de una fuerte disputa entre el gobierno nacional y la provincia de Buenos Aires, que se resistía a ceder la ciudad para convertirla en capital federal. Durante ese conflicto, el entonces presidente Nicolás Avellaneda trasladó la sede del gobierno al por entonces pueblo de Belgrano. Allí se estableció el Congreso Nacional, se sesionó y se tomaron decisiones clave. Y por eso, aunque efímero, Belgrano fue capital argentina.
¿Cómo y por qué Belgrano fue capital argentina?
La disputa por la federalización de la ciudad de Buenos Aires fue uno de los momentos más tensos de la historia política argentina. En 1880, el presidente Nicolás Avellaneda, enfrentado con las autoridades porteñas, buscó una salida institucional y simbólica: mudó la capital del país a Belgrano, por entonces una localidad independiente ubicada al norte de la ciudad.
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La mudanza no fue solo simbólica: se instaló el Congreso Nacional en una casona sobre la actual calle Juramento, a metros de la iglesia Inmaculada Concepción, conocida como "La Redonda". Allí, los legisladores debatieron y aprobaron la ley que convertiría a Buenos Aires en la capital federal definitiva.
Este proceso culminó en septiembre de ese año con la sanción de la Ley 1029 de Federalización. Poco después, la ciudad de Buenos Aires fue declarada Capital Federal, separándose formalmente del resto de la provincia. Y el pequeño pueblo de Belgrano, que por algunos días concentró el poder político del país, fue anexado a la ciudad en 1887.
Los días en los que Belgrano fue el centro del país

Durante ese breve período, Belgrano fue capital argentina de facto. Estas son algunas de las particularidades de ese momento histórico:
- Año: 1880.
- Presidente: Nicolás Avellaneda.
- Lugar de sesión del Congreso: casona ubicada en la actual calle Juramento, esquina con Vuelta de Obligado.
El episodio es recordado como uno de los momentos más importantes en la conformación del Estado argentino tal como lo conocemos hoy. Belgrano, con su entorno tranquilo y más seguro que el centro porteño (en conflicto armado), ofrecía un espacio propicio para el debate político.
Un barrio con pasado y presente
Hoy, recorrer Belgrano es caminar por la historia. La casona donde sesionó el Congreso ya no existe, pero en su lugar se encuentra el Museo Histórico Sarmiento, un edificio que recuerda aquellos días decisivos. También se conservan edificios emblemáticos como "La Redonda" y plazas que fueron testigo del pasado.
Este curioso capítulo convierte a Belgrano en un barrio especial dentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No muchos saben que, por unos días, allí se concentraron las decisiones más importantes del país.

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