Tesoros, ciencia y una "maldición": a 103 años del hallazgo de Tutankamón, el faraón más famoso de Egipto

Tesoros, ciencia y una "maldición": a 103 años del hallazgo de Tutankamón, el faraón más famoso de Egipto
El 4 de noviembre de 1922 el arqueólogo británico Howard Carter encontró en Egipto la tumba de Tutankamón, una cámara funeraria intacta que contenía más de 5.000 objetos. Al poco tiempo, una serie de muertes aparentemente misteriosas dio lugar a la famosa "maldición de la tumba de Tutankamón".
Historia
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El 4 de noviembre de 1922, el arqueólogo y egiptólogo británico Howard Carter halló la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes, frente a la ciudad egipcia de Luxor. Había estado buscando por dos años, y a pesar de que otros arqueólogos ya daban por perdida la tumba, Carter no se rindió.

Así, lo que parecía un día más de excavación se convirtió en uno de los descubrimientos más importantes de la historia de la egiptología: una tumba real que, a diferencia de otras que fueron saqueadas, permanecía intacta desde hacía más de tres mil años.

El hallazgo desató una fiebre mundial por el Antiguo Egipto y, al mismo tiempo, dio origen a una leyenda que aún persiste: la “maldición de los faraones”, nacida a partir de la misteriosa muerte de algunos miembros del equipo de excavación. Entre ellos, la más famosa fue la de Lord Carnarvon, mecenas de la expedición, fallecido pocos meses después de la apertura de la tumba.

El joven faraón y su tumba intacta: el sorprendente complejo funerario de Tutankamón

Tesoros, ciencia y una "maldición": a 103 años del hallazgo de Tutankamón, el faraón más famoso de Egipto

Tutankamón, último monarca de la dinastía XVIII, gobernó Egipto entre los años 1332 y 1323 a. C., hasta su muerte a los 18 años. Su sepulcro, excavado en la roca del Valle de los Reyes, fue diseñado según el estilo típico de su época: un conjunto de cámaras conectadas por pasillos donde se depositaban los objetos destinados a acompañarlo en la otra vida.

El recorrido comienza con un tramo de escaleras que lleva a un pasillo de unos ocho metros, que desemboca en la antecámara. Allí, Carter y su equipo encontraron cofres, estatuas, carros, joyas y muebles.

Tesoros, ciencia y una "maldición": a 103 años del hallazgo de Tutankamón, el faraón más famoso de Egipto
El sello intacto de la entrada a la tercera capilla de la tumba, que lleva al sarcófago del joven faraón.

Desde ese punto se accede a un pequeño anexo y a la cámara funeraria, donde reposaba el sarcófago de oro del joven faraón. También hay una cámara del tesoro, donde se hallaban figuras sagradas y los cofres que guardaban sus órganos momificados.

En total, la tumba tiene más de 30 metros de largo y una superficie de casi 110 metros cuadrados. Su decoración combina escenas de los rituales funerarios con representaciones del viaje del faraón hacia el Más Allá.

Nada sencillo: los objetos de la tumba de Tutankamón

Trono de oro de la tumba de Tutankamón
Trono de oro de la tumba de Tutankamón. Imagen: National Geographic / Cordon Press.

En toda la cámara funeraria se encontraron más de 5.000 objetos, un verdadero tesoro para quienes ejercen la arqueología y se pasan la vida buscando estos sitios históricos. Entre los miles de objetos hallados en la tumba, algunos de los más emblemáticos son:

  • El trono de oro, una pieza de 104 centímetros de alto, cubierta con vidrio de colores, piedras semipreciosas y láminas doradas. Representa a Tutankamón junto a su esposa, la reina Anjesenamón.
  • La máscara funeraria, elaborada con oro macizo e incrustaciones de lapislázuli y turquesa. Es uno de los símbolos más reconocibles del Antiguo Egipto.
  • El carro ceremonial, que no estaba montado, en la antecámara. Su decoración incluía relieves varios y posiblemente era usado en rituales religiosos.

El Valle de los Reyes: la morada del Más Allá

El Valle de los Reyes, donde descansa Tutankamón, fue durante siglos la necrópolis real de las dinastías XVIII, XIX y XX del Imperio Nuevo de Egipto. Los antiguos egipcios llamaban a este lugar “El Gran Lugar” o “La Bella Escalera del Oeste”, porque creían que desde allí los faraones podían alcanzar el Más Allá.

Valle de los Reyes, donde están presentes las tumbas de numerosos faraones egipcios
Valle de los Reyes, donde están presentes las tumbas de numerosos faraones egipcios.

Las pinturas que decoran las paredes de las tumbas, como la de Tutankamón, tienen una función espiritual: guiar al faraón en su viaje después de la muerte. En los murales del muro oeste, por ejemplo, se observa al dios solar Ra navegando en su barca junto a otras divinidades, mientras doce babuinos representan las doce horas nocturnas que debía atravesar el alma del rey para renacer con el amanecer.

A más de un siglo del descubrimiento, la tumba de Tutankamón sigue siendo uno de los sitios más importantes del patrimonio arqueológico mundial. No tanto por la importancia del faraón, que gobernó por poquísimo tiempo, sino por lo que el hallazgo significa para la cultura e historia egipcias.

La "maldición de los faraones": la leyenda que acompañó al descubrimiento y fue más famosa que él

Poco después del hallazgo de la tumba de Tutankamón, una serie de muertes rodeó al equipo que participó en la excavación. Esto dio origen a la famosa idea de una “maldición de los faraones”, según la cual quienes osaban perturbar el descanso del joven rey sufrirían terribles consecuencias.

El caso más conocido fue el de Lord Carnarvon, el mecenas que financió la búsqueda, quien murió poco después por una infección causada por la picadura de un mosquito. También fallecieron el operario que abrió el acceso a la cámara funeraria, el hermano de Carnarvon y el radiólogo Archibald Douglas Reid, quien había tomado las primeras imágenes del sarcófago.

Con el tiempo, la ciencia buscó explicaciones a la famosa leyenda. Algunos investigadores sostienen que las muertes pudieron deberse a microorganismos liberados al abrir la tumba, entre ellos hongos del género Aspergillus, capaces de permanecer activos durante miles de años. Así, la leyenda de la maldición, más que un hechizo del antiguo Egipto, podría tener un origen biológico.


Imagen de portada: National Geographic / Instituto Griffith, Universidad de Oxford, coloreada por Dynamichrome.

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