Se construyó en 1388, experimentó numerosos incendios a lo largo de su historia y estuvo a punto de desaparecer durante la Primera Guerra Mundial.
En la pintoresca localidad de Béthune, emplazada en Hauts-de-France, Francia, se encuentra un antiguo campanario conocido como Beffroi de Béthune, que permanece en el mismo lugar desde 1388.
Esta gigantesca construcción de 636 años de antigüedad, es el punto más llamativo de la plaza Grand-Place y uno de los 56 campanarios de Bélgica y Francia que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Y, a pesar de su fortaleza, el Beffroi de Béthune estuvo a punto de desaparecer durante la Primera Guerra Mundial, como consecuencia de los potentes y repetidos bombardeos.
Gracias a los registros históricos, se comprobó que el primer campanario que tuvo esta pequeña ciudad de Francia, hogar de aproximadamente 25.000 personas, se inauguró en 1346.
De todas formas, décadas después de su estreno, la estructura de madera quedó envuelta en las llamas de un incendio, que lo destruyó por completo. Automáticamente, el marqués Guillermo I de Namur impulsó la construcción de un edificio más resistente, que se convirtió en el actual Beffroi de Béthune.
A partir de ese momento, las siguientes generaciones realizaron los trabajos de mantenimiento correspondientes para garantizar la conservación de la estructura, que:
El diseño del Beffroi de Béthune es maravilloso y está repleto de curiosidades. Pero, a diario, miles de turistas se preguntan qué hay en el interior de esta construcción, que combina una torre de 33 metros de altura y un campanario de 17 metros.
En simples palabras, mientras que en el primer piso alberga una sala de reuniones que se utilizaba en la Edad Media, también conserva:
Cabe destacar que la única forma de recorrer los pisos mencionados, dentro de esta torre que en su punto más elevado luce la figura de un dragón llamado Beffy, es mediante una escalera de 133 escalones.
El momento más crítico en la historia del Beffroi de Béthune fue la Primera Guerra Mundial, ya que esta ciudad de Francia se convirtió en una zona de combate durante cuatro años.
Pero, ¿cómo resistió a los bombardeos? ¡Simple! Porque solo perdió el campanario en un impacto que ocurrió en 1918 y gracias a las casas, construidas en el siglo XVIII, que en aquella época todavía rodeaban al campanario.
En otras palabras, los enormes incendios destruyeron las viviendas, que protegieron a la torre medieval. Actualmente, los restos de la propiedad se retiraron y el Beffroi de Béthune quedó como la única construcción en pie.
Una vez que finalizó el conflicto bélico, las autoridades de Francia iniciaron las tareas de reconstrucción en 1921, con el objetivo de alcanzar el aspecto que la torre tuvo en sus años de esplendor.
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