En Argentina, "Mandarse la parte" significa fingir o aparentar, alardear, jactarse de exageradamente de algo. Por ejemplo: "Juan consiguió un ascenso en su trabajo y no para de mandarse la parte con sus compañeros".
¿De dónde viene la frase "Mandarse la parte"?
Según Daniel Balmaceda, historiador argentino y estudioso de las raíces de las frases, el origen de "Mandarse la parte" se remonta al siglo XVII. "Aquellos actores a los que no les tocaban papeles principales en una obra de teatro, igual tenían derecho a participar del reparto de la recaudación. Se los llamó 'actores de reparto', denominación que aún se mantiene", explicó Balmaceda.
"Otra forma muy habitual para referirse al papel fue el término parte. El Diccionario de Autoridades, en la fracción escrita en 1737, dice acerca de parte: 'Entre los comediantes es cualquiera de los papeles'", agregó el historiador.
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