Está ubicada en Shanghai y mide 9,2 veces más que el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires.
La torre más alta de China está ubicada en la ciudad de Shangai, la ciudad más grande del país y una de las más pobladas en el mundo. Los arquitectos quisieron acompañar la magnitud de la urbanización y pensaron a lo grande, diseñando la Torre de Shangai:
La torre cuenta, además, con otros dos récords. El primero es que se convirtió en el tercer edificio más alto del mundo, después del Burj Khalifa, en Dubái (828 metros) y del Merdeka 118, en Kuala Lumpur, Malasia (678 metros). El segundo, es que tiene la plataforma de observación al aire libre más grande del mundo.
La principal novedad de la Torre de Shanghai es que está hecha de cristal. Y, a diferencia de muchas otras torres, su diseño se retuerce sobre sí mismo. Para ello, se diseñaron nueve edificios cilíndricos que se ubicaron uno encima de otro, cubiertos con vidrio. Tiene nueve jardines interiores y luego una fachada exterior, que gira en espiral al igual que el interior de la torre.
Por su diseño, el impacto de los vientos es menor y reutiliza el agua de la lluvia para los sistemas de aire acondicionado. Además, tiene 106 ascensores que suben o bajan 18 metros por segundo. Casi que parece salida de una historia de ciencia ficción.
A pesar de haber sido construida antes que otras torres altísimas de China, la Torre de Shangai les sigue ganando en altura.
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