Día Mundial de las Abejas: ¿por qué se celebra el 20 de mayo?

Cada 20 de mayo, la Tierra celebra el Día Mundial de las Abejas, con el objetivo de reconocer la importancia del insecto y, al mismo tiempo, comprender por qué es tan relevante para la vida cotidiana de los seres humanos. 

Además, con la fecha seleccionada, esta efeméride también rinde homenaje a un célebre apicultor europeo, que dedicó su vida a trabajar, estudiar y difundir las rutinas que realizan a diario. 

¿Desde cuándo se celebra el Día Mundial de las Abejas?

Aunque las abejas están presentes en el mundo desde hace millones de años, su Día Mundial es muy reciente. Recién en 2017, tras una Asamblea General de las Naciones Unidas, decenas de representantes internacionales acordaron la creación de esta celebración. 

De esta manera, el festejo se respeta cada 20 de mayo. Una fecha en la cual también se comunica un lema oficial del Día Mundial de las Abejas. En 2024, el anuncio fue: "compromiso con las abejas de la mano con la juventud".

¿Qué relación hay entre el Día Mundial de las Abejas y el 20 de mayo?

El Día Mundial de las Abejas no ocurre durante una jornada elegida al azar. El 20 de mayo se seleccionó porque coincide con el natalicio del apicultor Anton Janša, que nació en Eslovenia, un día como hoy pero de 1734.

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Con el correr de los años Janša se convirtió en una personalidad famosa en el mundo, gracias a las técnicas modernas de apicultura que creó y su constante estudio sobre el comportamiento de estos insectos. 

¿Por qué estos insectos son tan importantes para los seres humanos?

En un primer instante, al pensar en abejas, automáticamente reconocemos su trabajo para producir miel. Pero, gracias a las investigaciones de cientos de expertos, se llegó a la conclusión que también es responsable de muchos otros procedimientos. 

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Entonces, al plantear la duda de por qué las abejas son tan importantes para los seres humanos, es necesario recordar que: 

• Son polinizadoras y, de esta manera, permiten la reproducción de plantas y cultivos.
• Trabajan para lograr la conservación de la biodiversidad.
• Alertan sobre riesgos ambientales.
• Señalan cualquier problemática presente en ecosistemas locales.
• Producen cera, jalea real, polen y propóleo.
• Mejoran la calidad de las cosechas.