Arqueólogos del equipo de Francia, Alemania, Ecuador y Puerto Rico, que llevan trabajando más de 25 años en las profundidades del Amazonas, encontraron una enorme red de ciudades antiguas que datan de hace 2.500 años, fueron contemporáneas al Imperio Romano y estuvieron habitadas por 10.000 a 100.000 personas, hasta hace 1.000 años aproximadamente. Si bien se habían encontrado otros pueblos prehispánicos en zonas cercanas, eran más pequeños y recientes: de 500 a 1.500 años atrás.
El estudio completo se encuentra publicado en la revista Science.
¿Dónde se encontraba esta civilización en el Amazonas?
Los restos de este pueblo fueron encontrados en el Valle de Upano, en el Amazonas ecuatoriano, en las faldas orientales de los Andes. Estos asentamientos poseían una red urbana compleja, conformada por calles anchas, caminos largos, plazas y otras construcciones, que parece ser más grande que las ciudades mayas de Centroamérica.
¿Cómo se realizó la investigación y qué se halló?
Sumado al trabajo de campo que comenzó hace más de dos décadas, en 2015, el gobierno ecuatoriano contrató a una empresa para que sobrevolara la región con un Lidar, un método de teledetección que ubica objetos y estructuras que está debajo de las copas de los árboles, mediante un láser.
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Los primeros restos encontrados son de hace 3000 años. Se descubrieron al menos 15 grupos de complejos y sus habitantes tenían casas pequeñas y desperdigadas, pero entre el año 500 antes de Cristo y el 600 después de Cristo, la cultura Upano empezó a construir montículos. Los investigadores detectaron 6000 plataformas de tierra rectangulares o circulares donde se asentaban las casas, para protegerlas de la humedad del suelo. Grupos de 3 a 6 construcciones se organizaban alrededor de una plaza baja y cuadrada.
¿Qué tipo de construcciones se encontraron en el Amazonas?
No se trataba de una pequeña aldea ni de grupos aislados: la naturaleza había sido transformada por las personas. Por los hallazgos y tipos de construcciones, por ejemplo zanjas, se asume que los grupos estaban expuestos a amenazas cercanas, aunque no se determinó si internas o externas.
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Existía una extensa red de caminos que conectaban hasta los asentamientos más aislados. Además, el equipo de investigación encontró vestigios de tierras cultivadas, drenajes y terrazas, entre las construcciones, por eso, Stephen Rostain, el arqueólogo principal, las llama ciudades jardín.
Se trataba de una sociedad estratificada y , según el estudio, con una autoridad, ingenieros que trazaban los caminos y edificaciones de 8 a 10 metros de altura que parecen espacios públicos para rituales o fiestas. También encontraron elementos más pequeños como:
- Piedras de moler.
- Utensilios.
- Jarras de cerámica.
